Según los datos más recientes, los pacientes que acuden con enfermedades o afecciones relacionadas con el alcohol a los servicios de urgencias tienen más probabilidades de volver a visitarlos y de morir en los 20 años siguientes, que las personas que acuden a los servicios de urgencias por otros motivos, según una nueva investigación. Para muchos, esto significa que pueden morir a los 40 o 50 años, alerta este nuevo estudio.
El profesor Drew Richardson ha explicado en el Congreso Europeo de Medicina de Urgencias que él y sus colegas han realizado un seguimiento de 194 pacientes con diagnósticos relacionados con el alcohol cuando llegaron al servicio de urgencias del Hospital de Canberra (Australia) en 2002. Los compararon con un grupo de control de 194 pacientes con diagnósticos no relacionados con el alcohol, y siguieron a ambos grupos hasta 2022.
"El grupo de pacientes con diagnósticos relacionados con el alcohol realizó un 44% más de visitas en la década siguiente y tuvo una tasa de mortalidad un 138% superior en los 20 años siguientes que el grupo de control", afirma el profesor Richardson, catedrático de Medicina de Urgencias de la Universidad Nacional Australiana de Canberra.
"El grupo de pacientes con diagnósticos relacionados con el alcohol realizó un 44% más de visitas en la década siguiente y tuvo una tasa de mortalidad un 138%"
"La tasa de mortalidad real puede ser mayor porque perdimos algunos pacientes durante el periodo de seguimiento --añade--. Después de casi 14 años, el porcentaje de pacientes perdidos durante el seguimiento fue similar en ambos grupos: 40,2% en los casos relacionados con el alcohol y 39,2% en los controles".
Según indica, "si estos pacientes pudieran ser atendidos por profesionales formados mientras están en el servicio de urgencias para educarles sobre las consecuencias del consumo de alcohol y ofrecerles ayuda para moderar su consumo, sería posible reducir esta importante carga sanitaria. Las presentaciones relacionadas con el consumo de alcohol son una carga importante en los servicios de urgencias", recuerda.
El estudio fue iniciado por una de las estudiantes de medicina del profesor Richardson, Regan Lim, que tenía experiencia familiar personal con los efectos del alcohol y quería investigar más a fondo. "El consumo crónico y excesivo de alcohol es un problema de larga data en nuestra sociedad --afirma el profesor Richardson--. Los servicios de urgencias son el primer punto de contacto para las numerosas consecuencias de los daños relacionados con el alcohol. Los casos relacionados con el alcohol representan entre el 9,5% y el 15,2% de las visitas a los servicios de urgencias, y entre el 8,3% y el 17,9% de la ocupación de estos servicios en Australasia".
Los investigadores analizaron el número de pacientes que acudieron a urgencias entre 1998-2002 (el periodo anterior al inicio del estudio), 2003-2012 (la década posterior) y 2013-2022 (la segunda década posterior).
Así pues, los pacientes con diagnósticos relacionados con el alcohol habían realizado 522 presentaciones al servicio de urgencias antes del inicio del estudio, frente a las 389 de los pacientes del grupo de control. En 2002, las cifras eran de 437 frente a 399, respectivamente. En la primera década posterior, fueron 1226 frente a 846, respectivamente. En la segunda década, la diferencia fue menor debido a las cifras perdidas durante el seguimiento: 820 frente a 673 presentaciones, respectivamente.
"Este estudio demuestra que el consumo que conduce a una visita al servicio de urgencias de un hospital es extremadamente arriesgado a largo plazo"
"La sociedad y los responsables políticos deben reconocer el importante papel que desempeña el alcohol en las enfermedades y muertes en nuestra comunidad, y la necesidad de adoptar medidas preventivas --advierte Richardson--. El consumo de alcohol es una parte importante de la sociedad australiana, pero este estudio demuestra que el consumo que conduce a una visita al servicio de urgencias de un hospital es extremadamente arriesgado a largo plazo".
Algo más de la mitad (56%) de los pacientes del grupo del alcohol eran varones, la mediana (media) de edad era de 28 años y, por lo general, se les clasificaba en la categoría de triaje 3, lo que significa que presentaban afecciones potencialmente mortales y necesitaban tratamiento en un plazo de 30 minutos. La mayoría (64%) acudió al servicio de urgencias a última hora de la tarde y durante la noche, entre las 20.00 y las 06.00 horas.
Durante el periodo de seguimiento, fallecieron 44 pacientes, de los cuales 31 eran pacientes con diagnósticos relacionados con el alcohol que murieron una mediana de ocho años después de 2002, y 13 eran del grupo de control, que murieron una mediana de 13 años después de 2002.