Mantener un estilo de vida plenamente activo, realizar el tratamiento de diálisis en casa o viajar, son algunas de las ventajas que las terapias de diálisis domiciliaria ofrecen a las personas con enfermedad renal. Sin embargo, éstas se ven discriminadas a la hora de viajar en avión ya que determinadas aerolíneas les ponen impedimentos para acceder a bordo con sus cicladoras, dispositivos necesarios para el correcto desarrollo de su tratamiento.
El principal problema viene dado porque la aerolínea considera a estos aparatos como objetos no aptos para llevar en cabina y son derivados a bodega dónde podrían sufrir daños. También se da la situación de que a estas personas se les exige el pago de un billete extra por el espacio que ocupa este dispositivo, que en ningún caso supera el de un equipaje de mano tradicional. El desconocimiento por parte de la tripulación a bordo sobre cómo actuar en estos casos es una variable que se da en todas las situaciones de este tipo sufridas por estas personas.
Los pacientes ven vulnerado su derecho a viajar libremente
Ante esta situación, Alcer, la mayor asociación de pacientes renales en España, y también el Gaddpe (Grupo de Apoyo al Desarrollo de la Diálisis Peritoneal en España), quieren visibilizar la discriminación a la que se enfrentan estas personas en diálisis peritoneal, quienes ven afectado a su derecho a circular libremente por España y el resto de países de la Unión Europea.
“Una de las grandes ventajas de las terapias domiciliarias es que permite a los pacientes salir del hospital y poder realizar su tratamiento en casa, de viaje o donde mejor le parezca. Sin embargo, las compañías aéreas están vulnerando el derecho fundamental de los pacientes a realizar correctamente su tratamiento y, además, el principio de igualdad y no discriminación”, asegura el presidente de Alcer, Daniel Gallego, en declaraciones para Médicos y Pacientes.
"Exigimos a las compañías aéreas que revisen sus protocolos de actuación en estos casos para asegurar a los pacientes poder viajar con sus cicladoras en cabina sin que, en ningún caso, implique la obligación de pagar un extra o, ni mucho, menos, se le deniegue el acceso a bordo”, puntualiza Gallego.
Por su parte, el Dr. Mario Prieto, nefrólogo y coordinador del Gaddpe, aclara que estas máquinas cicladoras, “que operan en la práctica como un riñón artificial, deben ir bien resguardadas y protegidas de cualquier tipo de golpe dado que son esenciales para el correcto tratamiento de diálisis del paciente”.
Desde el Gaddpe se remitió una carta a la Asociación de Líneas Aéreas para conocer su perspectiva respecto de este problema, pero no ha habido contestación alguna.