Tras un infarto de miocardio es posible que los pacientes desarrollen arritmias ventriculares, que pueden acabar siendo la causa de una muerte súbita cardiaca. La fracción de eyección del ventrículo izquierdo es el principal parámetro que se utiliza actualmente a la hora de evaluar si estos pacientes precisan un desfibrilador automático implantable o DAI, debido a la falta de evidencias y ensayos que permitan usar parámetros más precisos. Ahora, un reciente artículo, publicado en Europace, apunta a que la caracterización de las cicatrices producidas por el infarto puede ser un indicador mejor y más preciso.
El Dr. Antonio Berruezo, director del Departamento de Arritmias, Investigación e Innovación del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon, ha dirigido un estudio para caracterizar de forma no invasiva, mediante resonancia magnética, las diferencias en las cicatrices y las posibles variables asociadas a la aparición de la taquicardia ventricular que puede mejorar la estratificación del riesgo de arritmias malignas en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. “De esta forma hemos podido comprobar que la masa de canales de células supervivientes en la cicatriz es la variable más fuertemente asociada con la aparición de estas taquicardias en los pacientes que han sufrido un infarto, y su medición nos permitiría una estratificación del riesgo más precisa que la fracción de la eyección del ventrículo izquierdo”, explica el Doctor.
"Hemos podido comprobar que la masa de canales de células supervivientes en la cicatriz es la variable más fuertemente asociada con la aparición de estas taquicardias en los pacientes que han sufrido un infarto"
En los pacientes crónicos post infarto de miocardio, las arritmias ventriculares que causan la muerte súbita cardiaca son en su mayoría una taquicardia ventricular sostenida con origen en estos canales, que tienen solamente algunas cicatrices. Por lo tanto, la identificación de aquellos pacientes con cicatrices con una elevada masa de canales podría ayudar a identificar mejor a los pacientes con más riesgo de sufrir una muerte súbita.
“La fracción de eyección del ventrículo izquierdo, el parámetro usado hasta ahora, ha mostrado una baja especificidad para identificar este riesgo. Solo hay que recordar que la mayoría de estos casos en pacientes postinfarto de miocardio ocurren con una fracción de eyección normal o moderadamente reducida, y había, por tanto, una necesidad urgente de identificar estos pacientes de una forma más precisa”, apunta el Dr. Berruezo, quien considera que la masa del canal de la zona fronteriza podría ayudar a mejorar la selección de pacientes candidatos a la implantación de un DAI, aunque serían necesarios estudios de cohortes todavía más grandes.