El 30% de los pacientes de fibrosis quística sin tratamientos: “Tenemos esperanza”

La aparición de nuevos moduladores para mutación F508del en el gen CFTR ha abierto nuevos caminos para los pacientes con fibrosis quística. Sin embargo, unas 300 personas no cuentan con ningún tratamiento todavía

Una niña con fibrosis quística ordena sus medicamentos (Foto. Fundación Española de Fibrosis Quística)
7 octubre 2022 | 00:00 h

Los últimos años han supuesto una revolución para el abordaje de la fibrosis quística (FQ). La aparición de moduladores como Kaftrio han cambiado el paradigma de la enfermedad, las infecciones han desaparecido, la tos e incluso se ha reducido la mucosidad, lo que ha devuelto la calidad de vida a los pacientes. Sin embargo, actualmente un 30% de los pacientes, unas 300 personas, no cuentan con ningún tratamiento debido a que las mutaciones que dan en sus casos lugar a la enfermedad no están cubiertas por los fármacos existentes. Se estima que el gen CFTR tiene más de 2.000 mutaciones diferentes, y aunque la mayoría presentan una o dos copias de la variante F508del, un 15% tienen genotipos muy poco frecuentes, lo que está dificultando la llegada de tratamientos, como reflejaba la Dra. Silvia Gartner, de la unidad de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística en el número 89 de la Revista de la Federación Española de Fibrosis Quística.

“A día de hoy no hay evidencia de que los moduladores actuales puedan beneficiar a estas personas. Son mutaciones cuya frecuencia a nivel mundial es muy bajas, en España hay más casos, pero siguen siendo pocos por lo que la investigación y los ensayos clínicos no cuentan con muestra suficiente para encontrar un tratamiento”, explica a este medio Juan Da Silva, presidente de la Federación Española de FQ. Son pacientes que no pueden frenar el deterioro que produce esta enfermedad y tienen que hacer frente día tras día a la pérdida de su capacidad pulmonar, en algunos casos también a la afectación digestiva y en todos a la infección producida por la acumulación de mucosidad.

“Mi hijo tiene dos mutaciones "sin sentido" la G542X y la 711+1G>T, mutaciones con las que no pueden aprovecharse actualmente de los moduladores"

El hijo de Marta Jordán tiene 11 años. Actualmente se encuentra estable, pero durante los primeros seis años tras el diagnóstico “los ingresos fueron constantes”, lo que le ha dejado secuelas. “Mi hijo tiene dos mutaciones "sin sentido" la G542X y la 711+1G>T, mutaciones con las que no pueden aprovecharse actualmente de los moduladores que han sido aprobados”. Para mantener su calidad de vida, su hijo tiene que tomar una gran cantidad de tratamientos: “Entre los muchos medicamentos que toma para tener controlada la enfermedad tenemos tratamientos inhalados para hacer menos espeso el moco que produce la FQ y poderlo eliminar más fácilmente, antibióticos para evitar infecciones, aerosoles para evitar la inflamación de los pulmones, enzimas pancreáticas, vitaminas porque no asimilan la comida como las personas normales, eso entre otros muchos tratamientos que se van requiriendo conforme avanza la gravedad de la enfermedad”.

También tiene que realizar diariamente fisioterapia respiratoria y ejercicio físico para fortalecer y limpiar los órganos. “Mi hijo todavía es pequeño y su pronóstico es bueno gracias a todos los cuidados diarios, pero no podemos bajar la guardia porque la FQ sigue ahí acechando y se aprovecha de cualquier momento de debilidad”, añade Marta Jordán. Bien lo sabe Antonio Arroyo, que no se encuentra para entrar en lista de espera para un trasplante pulmonar, no necesita oxígeno ni ayuda externa, pero no está como al principio de la enfermedad: “En estos momentos que tengo 42 años y llevo diagnosticado desde los 15 mi capacidad pulmonar está en torno al 65-70%, cuando empecé estaba en un 105- 110%”.

En su caso la enfermedad le ha afectado principalmente a nivel pulmonar, pero ha ido empeorando lo que ha aumentado el daño nefrológico y de toxicidad a causa de los tratamientos para las infecciones. “Al principio del diagnóstico cuando tenía alguna reagudización, bastaba con 14 días de un solo antibiótico vía oral a dosis normal. Hoy en día para tratar una reagudización si es con antibiótico oral necesito tres tipos de antimicrobianos a dosis altas llegando a completar en algunos casos tres semanas de tratamiento. Al principio en el cultivo de esputo aparecía de forma intermitente la pseudomona aureginosa, después con el paso del tiempo te haces portador crónico de ella, con lo que eso conlleva a nivel de daño pulmonar”.

AVANCES DE LA INVESTIGACIÓN

“El problema de las mutaciones raras es que aquí en España tenemos a casi el 25-30% de la población con fibrosis quística, son bastantes, pero el grupo de pacientes es pequeños por lo que realizar un ensayo clínico es complicado”, explica el Dr. Óscar Asensio, pediatra y presidente de la Sociedad Española de Fibrosis Quística y de la Fundación. Es por ello que entre la investigación que se está realizando se están desarrollando organoides que permitan probar en ellos los tratamientos, “se está investigando muchísimo para tener modelos de origen animal y humanos, es una de las actuales vías de investigación”, señala el especialista. Una de esas investigaciones es la que está desarrollando el Hospital Vall d’Hebron, donde se han realizando biopsias renales a estos pacientes para recolectar material intestinal para desarrollar organoides y se están focalizando en el desarrollo de terapias para mutaciones de clase I, es decir, que alteran la producción de la proteína.

“Estamos en un momento en el que creo que se está investigando duro, no vamos a dejar de lado a los pacientes que ahora no tengan modulador"

También están llegando nuevos antibióticos y estrategias como los fagos o la inmunoterapia para enfrentar las infecciones, se están trabajando en nuevos moduladores, en la terapia génica, en edición génica y en tratamientos de ARN mensajero. “Este último podría ser un tratamiento muy definitivo”, señala el Dr. Asensio. “Estamos en un momento en el que creo que se está investigando duro, no vamos a dejar de lado a los pacientes que ahora no tengan modulador. Tenemos que seguir insistiendo en la investigación en países anglosajones donde estas mutaciones son un 10% de la población con FQ, pero nosotros tenemos más y hay que seguir investigando”, añade.

 “Afortunadamente la investigación en FQ va a pasos agigantados por lo que el futuro es muy prometedor y con el tiempo seguro que esta enfermedad pasa a la historia”, indica Marta Jordán. “Poder tener la posibilidad de recibir una terapia para este tipo de mutaciones supondría la tranquilidad de muchas familias y una mejora de la calidad de vida, evitaría el empeoramiento del afectado o un trasplante cuando la enfermedad ya ha hecho de las suyas. Bien lo merece todo ello”, añade esta madre. “Tengo la esperanza de contar pronto con un modulador o una terapia génica para tratar la enfermedad, y espero que cuando llegue ese momento no tenga que estar luchando años para poder acceder a él como ha pasado con los que actualmente hay en el mercado”, concluye Antonio Arroyo.

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