Los pacientes que han sufrido un ictus pueden convivir con secuelas físicas y cognitivas el resto de su vida. Aunque existe una rehabilitación posterior al accidente cerebrovascular, la recuperación completa no siempre es posible y pueden existir discapacidades posteriores, como es el caso de limitaciones en el movimiento, la coordinación o el control del cuerpo.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 25% de la población sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Además, el infarto cerebral es una de las principales causas de muerte y discapacidad del mundo. Solo en 2021, en España fallecieron más de 7.000 personas por esta condición. Por este motivo y dada la magnitud de los datos, se están desarrollando programas para mejorar la atención de las personas que han sufrido un infarto cerebral.
Con motivo del Día Mundial del Ictus, celebrado cada 29 de octubre, y en colaboración con Siemens Healthineers, ConSalud.es ha realizado un especial para visibilizar esta patología y la importancia de un buen abordaje. En este punto destacan iniciativas como ‘One Step Ictus’, desarrollada por la compañía junto al Hospital Universitario Valld’Hebron y Medtronic con el objetivo de reducir el impacto del accidente cerebrovascular en la vida de los pacientes.
“Me atendieron muy bien y ahora voy bastante bien, pronto podré volver a ir en bici”
Gracias a estos sistemas novedosos, pacientes como Josep, vecino de la ciudad de Barcelona, ha evolucionado favorablemente con esta condición. El paciente sufrió un ictus en su casa que le dejó secuelas, pero ahora, con esta nueva tecnología se está recuperando progresivamente. “Me atendieron muy bien y ahora voy bastante bien, pronto podré volver a ir en bici”, asegura.
‘OneStep Ictus’ constituye un circuito que permite acceder de forma directa al Servicio de Urgencias. Gracias a esta rápida intervención, los profesionales pueden abordar el accidente con rapidez y con las mejores condiciones de seguridad.
Gracias a este proyecto, se minimiza la atención desde la llegada, pasando por el TAC, hasta que se pone en marcha el tratamiento
Gracias a la coordinación de un equipo multidisciplinar, junto a enfermeras y técnicos, los pacientes reciben una atención inmediata para evitar un daño mayor del que provoca el ictus. Los tiempos se reducen “de puerta a aguja”, en palabras de los facultativos, lo que supone minimizar la atención desde la llegada, pasando por el TAC, hasta que se pone en marcha el tratamiento.
Además de la rápida atención, esta tecnología evita mover al paciente y que sean las máquinas las que funcionen a su alrededor. Esta práctica ha sido posible gracias a SOMATOM Edge Plus slidinggantry, la tecnología de Siemens Healthineers que desplaza las máquinas por raíles magnéticos.
REVOLUCIÓN EN LA ATENCIÓN DEL PACIENTE
Antonia Pérez, paciente de accidente cerebrovascular de 53 años, da “gracias a la vida por esta segunda oportunidad”. Cuando una persona sufre un ictus, cada minuto cuenta. Desde que se produce hasta que se recibe el tratamiento, el cerebro pierde 1,9 millones de neuronas y, cada 15 minutos, el paciente pierde un mes de vida sin discapacidad.
La paciente, por una serie de contratiempos, fue trasladada al Hospital Vall d’hebron de urgencia, donde recibió atención mediante la tecnología pionera de ‘One Step Ictus’, que estaba en fase de ensayo y que, tras un año, ha sido presentado como un procedimiento revolucionario.
“Me dijeron que entraban por la ingle y te llegaban al cerebro, pensé: ‘Madre mía, qué adelantos’”
Antonia recuerda que “el peor momento” fue cuando le comunicaron la operación. “Me dijeron que entraban por la ingle y te llegaban al cerebro, pensé: ‘Madre mía, qué adelantos’”. Actualmente, la paciente se ha recuperado al completo y lleva una vida normal gracias a un programa que recupera sin secuelas a 48% de los pacientes, frente al 28% que son tratados por circuito tradicional.
Desde el hospital estiman que este nuevo sistema de tratamiento ayudará a la recuperación de unos 560 pacientes al año. Solo en 2022, el Valld’hebron atendió a más de 1.900 pacientes de ictus isquémico, 180 de accidente isquémico transitorio y 64 de ictus hemorrágicos.