Los tratamientos para la hepatitis C “han variado poco en los últimos años”, no porque no se haya avanzado, sino porque no se pueden mejorar más. Ya no hay ensayos en marcha de nuevos tratamientos contra la enferemedad porque no pueden ser más eficaces.
Se trata de “tratamientos muy seguros y con pocos y leves efectos secundarios”. Un factor que, sumado a la sencillez del tratamiento, facilita la adherencia al mismo. En la mayoría de pacientes, la terapia dura ocho semanas y consiste en la ingesta de tres comprimidos al día, tomados de una sola vez.
“Son tratamientos fáciles, que no interfieren en la vida cotidiana del paciente. Es tan sencillo como parece”, comenta el Dr. Turnes. Incluso algunos pacientes, se sorprenden de estar siendo tratados contra la enfermedad dado a los escasos o nulos efectos secundarios.
"Se puede curar al 100% de los pacientes que deseen curarse"
Esto ha supuesto un avance notable en el control de la enfermedad, pues antes de contar con estos fármacos, el tratamiento era “demasiado complejo y su seguimiento era difícil”. Conllevaba visitas frecuentes al médico, efectos secundarios a menudo incapacitantes y una duración del mismo de hasta un año. Esto dificultaba el acceso y adherencia al tratamiento y, además, la eficacia no era igual de alta que con los antivirales actuales.
Con todo y pese a su efectividad, en un pequeño número de casos los pacientes no responden bien al tratamiento. Para estas personas, existe otro tratamiento “de rescate”, gracias al cual, en la experiencia del Dr. Turnes, “se puede curar al 100% de los pacientes que deseen curarse”.
Además y aunque España es “probablemente, el país que más cerca está de acabar con la hepatitis C, aún hay dificultades para llegar a poblaciones con números relativamente importantes de afectados con los que no es fácil contactar”. Un ejemplo, “los usuarios de drogas por vía parenteral, que están desconectados de los servicios de salud”. Otro grupo de potenciales pacientes son “los hombres que tienen sexo con hombres y tienen conductas de riesgo como el chemsex”.
“La mala noticia es que no llegaremos a erradicar la hepatitis C sin una vacuna”
Por otro lado y aunque sean muy pocas personas, hay casos de pacientes que rechazan el tratamiento. “En España, en nuestra experiencia, hay pocos pacientes que no quieren venir a la consulta o no quieren tratarse”, apunta el Dr. Turnes. No obstante, si bien se trata de un pequeño porcentaje de personas, “es una cifra que está ahí” y hay que seguir intentando detectarlos.
¿La buena noticia? Podemos controlar la hepatitis C gracias a los tratamientos. “La mala noticia es que no llegaremos a erradicar la hepatitis C sin una vacuna”, destaca el experto. La eficacia de los tratamientos deja patente que el siguiente paso en la lucha contra la hepatitis C es el desarrollo de una vacuna.