La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad compleja en la que hay desequilibrios en la microbiota intestinal (disbiosis) y una activación exagerada del sistema inmunitario, provocando alteraciones.
Un equipo liderado por Chaysavanh Manichanh, responsable del laboratorio de Microbiota del grupo de Investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva de Vall d'Hebron, ha publicado un estudio en el que demuestran que el trasplante de microbiota fecal restaura la microbiota intestinal y, combinado con antiinflamatorios, puede ser un buen tratamiento para las EII, sobre todo para la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
Para conseguir en los roedores una microbiota similar a la humana, se les realizó un primer trasplante de materia fecal de un humano sano
La investigación se realizó en ratas y ratones. El primer paso fue humanizar la microbiota de los roedores mediante un trasplante de materia fecal de un humano sano. De esta manera, los investigadores consiguieron obtener un modelo animal con una microbiota similar a la de los humanos.
A continuación, mediante la administración de dextrano de sulfato de sodio (DSS) se les indujo síntomas parecidos a los de la EII en humanos. Este compuesto químico provoca la muerte de las células epiteliales del intestino y la rotura de la mucosa intestinal, provocando la entrada de bacterias y estimulando la respuesta inflamatoria en el intestino. Los investigadores observaron que el DSS provocaba disbiosis, acortamiento del colon y alteraciones en la respuesta inmunitaria.
Tras el trasplante de microbiota fecal se produce una recuperación física del intestino y una proliferación de la microbiota propia de un cuerpo sano
Finalmente, sometieron a los animales a otro trasplante de microbiota fecal, del mismo donante que el trasplante inicial, para ver si podía corregir las alteraciones provocadas por el DSS. Los investigadores usaron diferentes escalas para comprobar las fases de recuperación. “A nivel histológico, se comprobó una recuperación física de la barrera intestinal”, explica Manichanh. “El índice de severidad de la enfermedad mostró que después del trasplante de microbiota fecal la longitud del colon se recupera, pero que esta recuperación es más significativa si también se suspende el tratamiento con DSS", añade.
Los cambios más destacables que se observaron fueron la proliferación de microorganismos parecidos a los de la microbiota previa a la inducción de la inflamación y la recuperación de la diversidad.