El síndrome de ovarios poliquísticos es la disfunción endocrina más frecuente en la mujer. Se calcula que un 10% de la población lo padece y, además, el aumento de la obesidad está haciendo que su prevalencia en los últimos años también aumente. Sin embargo, debido a su complejidad, es una enfermedad poco conocida y a veces no se maneja de la mejor forma.
Para arrojar un poco más de luz sobre esta patología, su diagnóstico y su manejo, el Hospital Quirónsalud Barcelona organizará una jornada de actualización que dirigirán los doctores Joaquim Calaf y Pablo Daniel Verdecchia, del servicio de Ginecología del centro, y a la que asistirán especialistas de renombre internacional.
El síndrome de ovarios poliquísticos puede incidir en las posibilidades de quedar embarazada y de desarrollar obesidad
“Uno de los principales problemas es que no se trata de una enfermedad homogénea y bien identificada. Existen una serie de síntomas, que se pueden presentar con intensidades diferentes y no necesariamente al mismo tiempo, que son los que ayudan a identificar a algunas de estas pacientes, pero en otros casos pueden ser diagnosticadas después de una ecografía”, explica Calaf, quien considera que deberían crearse consultas monográficas para atender a estas pacientes.
Asimismo, añade que “existe un componente de aceptación social que debe ser tenido en cuenta. No es extraño, por ejemplo, que estas pacientes acaben sufriendo algún tipo de depresión asociada a su patología”. Calaf también señala que esta enfermedad puede incidir de forma notable en el éxito de futuros embarazos o aumentar la posibilidad de desarrollar obesidad.
También puede provocar un aumento del vello y el acné, así como favorecer el desarrollo de diabetes tipo 2
Las mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos presentan unos niveles muy elevados de hormonas. Normalmente, en cada ovulación se libera uno o dos óvulos, pero en esta enfermedad, los óvulos maduros no se liberan y, en su lugar, permanecen en los ovarios circundados por una pequeña cantidad de líquido.
“Esto puede provocar, entre otras cosas, la alteración del ritmo del ciclo de ovulación y una disminución de la fertilidad de la mujer. También hay otras consecuencias derivadas, como un incremento de las manifestaciones androgénicas en la piel, como más vello o acné, e incluso puede favorecer la aparición de diabetes tipos 2”, explica Calaf.
El síndrome de ovarios poliquísticos se suele diagnosticar entre los 20 y 30 años, aunque también puede afectar a las adolescentes. Además, las mujeres con este trastorno, con frecuencia tienen una madre o una hermana con síntomas similares.
El objetivo de la jornada es proporcionar a los ginecólogos información sobre aspectos menos usuales de esta enfermedad para mejorar la asistencia sanitaria
Para la jornada del Hospital Quirónsalud Barcelona se ha intentado reunir a especialistas en aspectos menos usuales para ayudar a la formación del ginecólogo, proporcionándole herramientas que le permitan enfrentarse con éxito a todos los casos. Este encuentro, de carácter práctico, se presenta como oportunidad para que el ginecólogo se actualice y pueda ofrecer una atención personalizada durante las distintas etapas de la vida de la mujer, así como criterios para su derivación al subespecialista adecuado en caso necesario.
“Quizás uno de los apartados más interesantes es el de la gestión de los problemas clínicos colaterales, como son el sobrepeso y la obesidad o el control de las manifestaciones androgénicas cutáneas. Son aspectos por los que muchas pacientes muestran preocupación en las consultas y que en la mayoría de los congresos no se tienen tan en cuenta. En este caso, hemos buscado incorporar visiones más científicas de cómo gestionar este tema de tanta proximidad con las pacientes”, concluye Calaf.