El sexo, la edad y los patrones de microbiota intestinal de donantes de heces fecales para trasplante son determinantes para el éxito en la transferencia de microorganismos y la remisión de la alteración de parámetros bioquímicos en sangre en individuos con síndrome metabólico. Así concluye un estudio del Laboratorio de Interacciones microbio-hospedador en salud metabólica del CIPF, en colaboración con el IATA-CSIC, liderado por Alfonso Benítez, Investigador Miguel Servet y Jefe de Grupo en el CIPF, en colaboración con Yolanda Sanz del IATA-CSIC.
El trasplante de microbiota fecal (TMF) tiene una larga trayectoria terapéutica en la erradicación de infecciones del tracto gastrointestinal causada por la bacteria Clostridioides difficile, no obstante, investigaciones recientes han demostrado que esta aproximación clínica también puede atenuar los síntomas en pacientes con síndrome de colon irritable y enfermedad inflamatoria intestinal entre otras enfermedades no transmisibles de alta prevalencia en nuestra población.
La investigación publicada en la revista 'Gut Microbes', se proponía analizar cómo el TMF cambió la microbiota intestinal de los receptores. Para ello se utilizó tecnología de secuenciación de última generación basada en nanoporos, capaz de generar lecturas de secuencia de ADN de gran longitud, de entre mil y un millón de nucleótidos. Con esta tecnología se ha demostrado que las claves del éxito son la microbiota basal del donante y del receptor, el sexo y edad del donante.
“Sin duda alguna, a corto plazo veremos su aplicación en otros contextos, inclusive en el tratamiento de enfermedades asociadas a trastornos de comportamiento y de alteración del estado de ánimo"
“Este estudio abre una nueva vía para la selección de donantes de microbiota fecal ya que hemos descrito ciertas características en ellos que hasta ahora no se valoraban lo suficiente, y que parecen ser determinantes para garantizar la colonización de la microbiota transferida a los receptores y la mejora de sus parámetros clínicos en el contexto del síndrome metabólico”, señala Alfonso Benítez, investigador del CIPF. “La evaluación del éxito del TMF desde esta perspectiva con un único donante para varios receptores, ha sido crucial para entender la importancia de las características demográficas (sexo, edad) del donante en el éxito de la intervención clínica. Además, la implementación de la metodología de punta utilizada para el estudio de la microbiota intestinal y la demostración de que es capaz de discernir con precisión las especies transferidas entre donantes y receptores, ha sido fundamental para entender ciertos aspectos ecológicos microbianos a tener en cuenta también en la elección de los donantes y emparejamiento con sus receptores”.
Aunque existe aún gran controversia en cuanto al uso de las heces fecales humanas como herramienta terapéutica, debido a su potencial riesgo de trasmisión de patógenos entre personas, este tipo de tratamientos va ganando terreno en la práctica clínica ya que se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de múltiples enfermedades del tracto gastrointestinal.
“Sin duda alguna, a corto plazo veremos su aplicación en otros contextos, inclusive en el tratamiento de enfermedades asociadas a trastornos de comportamiento y de alteración del estado de ánimo, las cuales parecen estar fuertemente influenciadas por la microbiota intestinal”, añade el investigador del CIPF.