La reciente incorporación de la inmunoterapia, las terapias dirigidas y la mayor caracterización de subgrupos de cáncer colorrectal suponen avances importantes en la estrategia de tratamiento de esta enfermedad. Además, los programas de cribado de cáncer colorrectal de las distintas comunidades autónomas han servido para disminuir la mortalidad, pues se estima que pueden evitar un tercio de las muertes.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Colon, que se celebra el 31 de marzo, la Sociedad Española de Oncología Médica lanza una campaña en la que destacan los avances más importantes, bajo el título “En Oncología, cada avance se escribe en mayúsculas”.
El cáncer colorrectal va a ser el tumor más frecuentemente diagnosticado en España en 2023 si se suman hombres y mujeres. Su mortalidad, además, es elevada, pues en 2020 fue la segunda causa de muerte por tumores, solo superado por el cáncer de pulmón.
El cáncer colorrectal va a ser el tumor más frecuentemente diagnosticado en España en 2023 si se suman hombres y mujeres, y su mortalidad es elevada
Para aumentar la supervivencia de este tumor, son fundamentales los programas de cribado, pues la detección temprana de la enfermedad puede elevar las posibilidades de vivir hasta un 90%, frente a un 50%-70% de posibilidades si se detecta en estadios avanzados. Además, desde SEOM señalan que hasta un 70% de los pacientes con metástasis pueden cuerarse. Esto ha sido posible gracias a los avances en técnicas de tratamiento.
En los años 80, la quimioterapia complementaria tras cirugía de cáncer de colon localizado demostró reducir la probabilidad de recaída e incrementar la supervivencia relacionada con la enfermedad. Más adelante se demostró que añadir oxaliplatino mejoraba los resultados que hasta ahora se habían alcanzado.
Aparecieron nuevas técnicas como la quimioterapia de conversión o; en caso de que no se pueda intervenir quirúrgicamente, la ablación por radiofrecuencia, la radioembolización, la quimioembolización transarterial, la infusión arterial hepática y la radioterapia.
Además, se desarrollaron fármacos como el bevacizumab, dirigido a la angiogénesis tumoral; o dos anticuerpos monoclonales dirigidos frente a EGFR: cetuximab y panitumumab. Se descubre también que la presencia de mutaciones genéticas concretas en el tumor pueden indicar cómo proceder con el tumor o qué pacientes no van a responder al tratamiento. También se abrió la posibilidad de evaluar la enfermedad mediante el estudio de la biopsia líquida.
Estos avances, que SEOM ha señalado, han favorecido la reducción de la mortalidad de uno de los tumores más agresivos que existen.