La importancia del papel de los biomarcadores ha sido uno de los temas analizados en la novena edición del Seminario de Periodistas SEOM, que se está celebrando este viernes en Valencia. Sobre este asunto, José Palacios, presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) y el doctor Óscar Juan Vidal, oncólogo médico del Hospital Universitari I Politècnic la Fe de Valencia, han analizado las principales ventajas y puntos débiles que presenta esta técnica.
El análisis de los biomarcadores en el momento del diagnóstico permite la individualización de los tratamientos y administrar terapias dirigidas con mayor efectividad y menor toxicidad para los pacientes. No obstante, su realización conlleva una serie de problemas, como la necesidad de la existencia de muestras del paciente, según ha señalado el doctor Palacios. Asimismo, el presidente de la SEAP también indicó la fuerte necesidad de llevar a cabo una estrategia nacional de medicina de precisión en cáncer.
"Necesitamos una estrategia nacional para desarrollar bases de datos, así como controles de calidad y monitorización”
Por su parte, el oncólogo Óscar Juan Vidal, ha continuado resaltando los puntos negativos que presenta en la actualidad el manejo de biomarcadores. Entre ellos, ha destacado la escasa muestra tumoral de la que se dispone, los elevados costes que conlleva, el complejo aprendizaje que requiere para el profesional (ya que cada biomarcador presenta sus peculiaridades) y el reto que supone conseguir la confidencialidad en un gran sistema de bases de datos.
Sin embargo, pese a estos aspectos negativos, las oportunidades que ofrece su práctica son muy beneficiosas. Entre ellas se encuentran la mejora en el desarrollo de la práctica clínica, una mayor eficacia del tratamiento, así como la posibilidad de realizar un trabajo multidisciplinar.
Pero, aunque el análisis de biomarcadores ya se realiza, es necesario el desarrollo de procesos que faciliten y hagan más efectiva su aplicación. En este sentido, el oncólogo quiso indicar que, a pesar de que “el uso de biomarcardores es una realidad en la práctica clínica, necesitamos una estrategia nacional para desarrollar bases de datos, así como controles de calidad y monitorización”.