En 2023 se diagnosticarán en España casi 280 mil nuevos casos de cáncer, sin contar a los tumores cutáneos no melanoma. Una serie de patologías que produjeron en 2021 más de 113 mil muertes. Estas cifras, estimadas por la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) y recogidas en el informe anual de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), irán en aumento en los próximos años, se calcula que para 2040 la incidencia alcanzará en nuestro país 341 mil casos debido al estilo de vida, la contaminación y a diferentes factores de riesgo asociados a estas patologías.
La investigación en prevención y tratamientos busca disminuir el efecto de esta patología tanto en la sociedad como en la vida de los pacientes. En este sentido, en los últimos años, se han hecho grandes avances en medicina de precisión para dar a las personas las mejores soluciones a cada caso. Unos pasos que han permitido, en concreto, aumentar los conocimientos de la biología molecular de los tumores, “y con ello de los mecanismos que permiten el crecimiento celular incontrolado”, explica a Consalud.es la Dra. Mónica Granja, secretaria científica de SEOM y oncóloga médico del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.
Todo ello se ha traducido en fármacos específicos frente a alteraciones moleculares, tratamientos con menos efectos secundarios al dirigirse directamente a la célula cancerígena y respuestas más eficaces. Esto, junto con las técnicas de detección precoz, ha conseguido mejorar la supervivencia de la gran mayoría de los tumores.
La metástasis es una realidad clínica de la que los pacientes, a día a de hoy, rara vez se curan
Estos avances han permitido, además, mejorar el abordaje de fases avanzadas de esta enfermedad y cuyo pronóstico es más negativo que en estadios iniciales. La metástasis es una realidad clínica de la que los pacientes, a día a de hoy, rara vez se curan. Una bomba de relojería que depende de los avances en tratamientos que vayan apareciendo, como ha explicado en múltiples entrevistas la presidenta de la Asociación Cáncer de Mama Metastásico, Pilar Fernández. En este sentido, como se comentaba, se han dado pasos y se han evidenciado líneas terapéuticas que en fases de ensayos preclínicos están dando unos resultados muy prometedores. Una de ellas es la proteína STING.
CAMINO A UNA CURA CONTRA LA METÁSTASIS
El sistema inmunitario del ser humano está compuesto por diferentes elementos capaces de proteger a las personas de patógenos. Entre los componentes que conforman la inmunidad humana se encuentra la proteína STING, estimuladora de genes de interferón e involucrada en la respuesta inmune contra virus y células cancerígenas. “En concreto, STING frena el avance de las células metastásicas reactivadas haciéndolas entrar en un estado de latencia”, explica la Dra. Granja.
Esta capacidad la convierte en una importante herramienta para el tratamiento del cáncer avanzado y durante años diferentes investigadores han analizado su potencial. En 2020 investigadores del centro de investigación médica Scripps Research buscaron la forma de que esta proteína se active de forma correcta contra los tumores. Los resultados, publicados en 'Science', reflejaron una molécula que activa la proteína STING “sistemáticamente”. “Podría tener una utilidad considerable, y no solo como terapéutica para el cáncer y las enfermedades infecciosas, sino también como sonda para estudiar la inmunidad antitumoral dependiente de STING y otros procesos biológicos relacionados con ella", señaló Luke Lairson, coautor principal del estudio y profesor asociado en el Departamento de Química de Scripps Research.
Dra. Granja: “Los propios autores sugieren que el tratamiento con agonistas de STING podría tener su lugar en el escenario adyuvante"
Recientemente, un estudio publicado en la revista ‘Nature’ liderado por el Dr. Joan Massagué, autor principal del estudio y director del Instituto Sloan Kettering, un centro de ciencia básica e investigación traslacional del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK), ha identificado la vía de señalización celular STING como una pieza clave para impedir que células cancerosas latentes progresen hasta convertirse en tumores agresivos meses, o incluso años, después de haber escapado de un tumor primario.
“La fase en la que las metástasis se encuentran todavía en un estado de latencia después de un tratamiento aparentemente exitoso de un tumor primario es muy distinta al tumor ya avanzado, que es una vía más compleja”, explica la Dra. Granja. “Los propios autores sugieren que el tratamiento con agonistas de STING podría tener su lugar en el escenario adyuvante, es decir, tras una cirugía de un tumor primario aparentemente exitosa”.
Una estrategia terapéutica, que aunque ahora se encuentra en fase preclínica, se está mostrando prometedora en la fase metastásica del melanoma, el cáncer de pulmón y el cáncer de colon. “Los resultados de este estudio continúan ampliando nuestro conocimiento sobre la biología molecular del cáncer y abren el camino a nuevas investigaciones y al posible desarrollo de fármacos que, de ser positivos esos estudios futuros, repercutan en el tratamiento del paciente oncológico”, concluye la Dra. Mónica Granja.