Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas (CIBEREHD), pertenecientes al Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), liderados por Mercedes Fernández, acaban de publicar los resultados de un estudio en el que describen una nueva estrategia terapéutica para reducir la formación de vasos portosistémicos colaterales y varices gastroesofágicas, dos de las principales complicaciones de la hipertensión portal y la enfermedad hepática crónica.
La investigación, recogida en el último número de la revista Scientific Reports, propone un novedoso sistema de administración de ARN pequeño de interferencia (ARNip o siRNA, por sus siglas en inglés) en preparaciones liposomales dirigidas específicamente al receptor KDR del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF) en células endoteliales vasculares.
"Con este tratamiento conseguimos disminuir la sobreexpresión patológica de KDR, sin afectar a los niveles basales de esta proteína, con lo cual se preservan sus funciones fisiológicas normales, necesarias para mantener los vasos sanguíneos sanos”
En un modelo murino de hipertensión portal, un síndrome que ocurre en la enfermedad hepática crónica, los investigadores demostraron que esta terapia génica (siRNAKDR-lipoplexes) disminuye notablemente el desarrollo de los vasos colaterales y deteriora el potencial angiogénico patológico de las células endoteliales.
“Aunque en los últimos tiempos hemos aprendido mucho acerca de la patofisiología de este crecimiento colateral portosistémico, este conocimiento no ha ido acompañado de avances en las terapias”, apunta Mercedes Fernández. “El receptor KDR es un receptor de la superficie celular endotelial que está sobreexpresado en la hipertensión portal, y juega un papel clave en este desarrollo de vasos patológicos, contribuyendo a la progresión y agravamiento de la enfermedad, lo que lo convierte en una diana terapéutica perfecta”, explica la investigadora.
“Es importante destacar que con este tratamiento conseguimos disminuir la sobreexpresión patológica de KDR, sin afectar a los niveles basales de esta proteína, con lo cual se preservan sus funciones fisiológicas normales, necesarias para mantener los vasos sanguíneos sanos”, añade.
Los hallazgos reportados por este grupo de investigadores también demuestran que los mecanismos que subyacen a la disminución de esta colateralización tras la reducción de KDR que permite esta vía terapéutica implican además la reducción de la proliferación de células endoteliales y disminución de la angiogénesis y la remodelación vascular.