De la mano del aumento en la esperanza de vidasurgen condiciones crónicas y multimorbilidad en muchas personas. Por ello, uno de los retos sociales y sanitarios actuales es que estos años sean vividos en un buen estado de salud para las personas mayores.
Los expertos señalan la edad, el género o el nivel socioeconómico como principales factores relacionados con la multimorbilidad, entre ellos también se encuentra el perfil metabólico. Más concretamente, los aminoácidos, son metabolitos que pueden desempeñar un papel fundamental en el proceso de envejecimiento.
Ahora, investigadores del Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública y Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del CIBER en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), han publicado un nuevo trabajo en el demuestran la asociación entre las altas concentraciones en sangre de glutamina y aminoácidos de cadena ramificada (como la isoleucina y la valina) y un mayor riesgo de multimorbilidad.
“La asociación encontrada en ambos trabajos para la glutamina parece muy relevante, pues este aminoácido es el que tiene una mayor presencia en el cuerpo humano y concentraciones excesivas podrían resultar perjudiciales”
El estudio contó con la participación de de 1.488 personas pertenecientes a la cohorte ENRICA-Seniors 2, una cohorte española de personas mayores de 65.
“Hemos contado con información recogida en dos instantes de tiempo diferentes, analizando las concentraciones en sangre de estos metabolitos en un laboratorio internacional especializado”, señala Francisco Félix Caballero, autor principal del artículo, que además añade que se han centrado en ser cuidadosos con la definición de multimorbilidad al contar con la información de la presencia de enfermedades crónicas. Todo ello mediante modelos estadísticos sofisticados, basados en una lista de 60 condiciones crónicas.
“La identificación de las bases moleculares de la multimorbilidad puede ser útil para encontrar tratamientos efectivos sobre mecanismos alterados que solucionen múltiples enfermedades y no una sola”, concluye la coautora Esther López-García.