Los test de intolerancia alimentaria, un negocio sin base científica

Cada vez más de moda, muchos pacientes los utilizan no solo para mejorar sus digestiones, sino incluso para adelgazar. Los profesionales advierten de que no está demostrada su eficacia.

Los test de intolerancia alimentaria, un negocio sin base científica
19 mayo 2015 | 20:00 h
Hay ciertos alimentos a los que se asocian muchas intolerancias alimentarias, como son el gluten o la lactosa. Pero en la era de la información, del control y la monitorización, cada vez más personas toman consciencia de todo lo que ocurre en su cuerpo y se plantean los beneficios que les suponen todos y cada uno de los alimentos que se toman. Hoy en día se calcula que, al menos, el 20% de la población sufrirá alguna a lo largo de su vida. Ahí reside el negocio de muchas empresas que ofrecen test de intolerancias alimentarias, y que están basados en los análisis de sangre. Algunos pacientes buscan en ellos, incluso, solución a otros problemas (pensando que están causados por la alimentación) como las migrañas, trastornos por déficit de atención o incluso la fibromialgia.

Sin embargo, desde la Sociedad Española de Patología Digestiva advierten de que no hay ninguna evidencia sobre su eficacia. Así lo cuenta a ConSalud.es el doctor Ángel Álvarez Sánchez, de la Unidad de Trastornos Funcionales del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. “No hay evidencia científica en la actualidad que demuestre que la realización de estos test puedan beneficiar de alguna manera este tipo de pacientes”. Además, la ausencia de una única causa conocida de estos trastornos ha propiciado la aparición de supuestos orígenes que en el momento actual no han podido ser demostrados.

Normalmente el paciente sospecha de una intolerancia alimentaria ante la aparición de algunos síntomas que se difieren totalmente a los de las alergias (urticarias o aparición de erupciones), pero que le afectan de alguna manera en su calidad de vida. Esos síntomas “dependen del alimento; la intolerancia al gluten, por ejemplo, produce una distensión abdominal, molestas específicas a nivel del abdomen, posiblemente diarrea, y pueden sentirse demasiado mal; la fructosa también puede causar diarrea, y la intolerancia a la lactosa, además de producir distensión abdominal, genera flatulencias, aumento del metabolismo, diarrea, etc.”.

ANÁLISIS DE SANGRE PARA 150 ALIMENTOS

Los test que están apareciendo en los últimos años, que se publicitan como de intolerancia, son capaces de detectar el rastro de más de 150 alimentos, basándose en pruebas de citotoxicidad alimentaria a través de un análisis de sangre. Estos análisis determinan cómo reaccionan los anticuerpos del paciente ante determinadas sustancias y proteínas presentes en los alimentos. El doctor Álvarez aclara que “la presencia de este tipo de anticuerpos IgG en la sangre prueba la existencia de contacto con un determinado alimento, pero no su intolerancia, para ello son necesarias otras pruebas que pueden ser sencillas como introducir o retirar un alimento en la dieta o más complejas como la biopsia”.

Desde la SEPA no recomiendan ni desaconsejan los estudios privados. Lo que sí aconsejan es que, ante una sospecha de intolerancia, se acuda a un hospital para hacerse “pruebas como el test del aliento, con hidrógeno aspirado, para determinar cierto grado de intolerancia. Con esos resultados, si son positivos, se retiran los alimentos y se comprueba si el paciente mejora”, explica el doctor, que añade diciendo que “estos estudios se realizan actualmente en muchos hospitales públicos, y generalmente en el servicio de Pediatría”.

Pero, cuando los test se realizan a partir de análisis de sangre, como los de estas empresas, “tomar decisiones en base a esos análisis, en ningún caso se ha demostrado que sea beneficioso para los pacientes con determinadas enfermedades. Eso no quiere decir que puntualmente algún paciente se beneficie, como lo haría sin necesidad de estos test privados, de retirar ciertos alimentos”. Porque, lo único que determinan estos análisis, “es que has estado en contacto con un determinado alimento, y evidentemente un paciente que sufre un trastorno funcional digestivo, al retirar varios alimentos, sobre todo si son muchos, van a mejorar, porque son pacientes que, si no comen, están asintomáticos.

Por último, el doctor incide en la importancia de la precaución ya no ante las intolerancias, sino ante las alergias alimentarias. “Los servicios de emergencia cuentan con alergólogos clínicos, que tienen muchísimas pruebas cutáneas y sanguíneas para detectar ya no anticuerpos IgG, sino anticuerpos IgE, que son los que realmente están mediando en este tipo de reacciones”.


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