"Hablamos de alergia cuando el organismo pone en marcha su sistema inmunológico (reacciona con anticuerpos) ante una sustancia presente en el alimento que para la mayoría de las personas es inocua. Es una sensibilidad de tipo inmunológico", explica la nutricionista de la Policlínica Gipuzkoa, Eider Sánchez.
Los síntomas de la alergia suelen ser más inmediatos y graves que las intolerancias
"La reacción alérgica tras la toma del alimento suele producirse en menos de una hora (aunque hay excepciones) y se expresa con una gama amplia de síntomas: gastrointestinales (dolor abdominal, vómito, diarrea…), seguidos de síntomas cutáneos (urticaria, eccema, inflamación de la piel) y respiratorios (rinitis, asma, tos…), hipotensión y anafilaxia (reacción inmunitaria aguda que provoca la contrición de las vías respiratorias), a menudo grave y a veces letal que suele presentarse en un lapso de tiempo corto tras la exposición al alérgeno", destaca la nutricionista. Además, los síntomas de la alergia suelen ser más inmediatos y graves que las intolerancias. Para encontrar el alérgeno, se debe acudir al especialista, realizar una correcta historia clínica donde se relaciona el alimento con la aparición de síntomas y también una serie de pruebas.
AVANCES EN DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
"En los últimos años ha habido muchos avances científicos en el área de la alergología que han permitido mejorar diagnóstico y tratamiento. Hoy día podemos determinar cuál es la causa de manera fiable basándonos en técnicas moleculares o pruebas cutáneas. Los tratamientos van desde fármacos, inmunoterapia (exponer al paciente mediante protocolos de inducción de tolerancia al alérgeno) como exposiciones orales. Las alergias más comunes en menores son la leche y el huevo. También pescado, cacahuetes y soja, aunque se pueden dar a muchos alimentos", añade Eider Sánchez.
"Las intolerancias no tienen ninguna relación con el sistema inmune, sino que afectan al metabolismo: consisten en alteraciones del organismo por las cuales los alimentos no son asimilados de manera correcta (mala absorción o digestión de un alimento). Tienen una incidencia directa sobre el intestino. Los síntomas de las intolerancias están mayormente relacionados con el sistema digestivo: dolor abdominal, de estómago, vómitos o diarreas y en ocasiones el paciente puede comer pequeñas cantidades del alimento sin presentar síntomas. Será de vital importancia cuidar el intestino. Las intolerancias se revelan en análisis de sangre y con biopsias", concluye la nutricionista de la Policlínica Gipuzkoa.