Un estudio codirigido por el profesor Alberto Ortiz, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y coordinador de la Red de Investigación Renal (REDinREN), junto con la doctora María Dolores Sánchez-Miño, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria IIS-Fundación Jiménez Díaz, ha sido recientemente publicado en la revista científica Nephrol Dial Transplant. Los resultados han demostrado que la falta de Klotho, la hormona anti-envejecimiento de origen renal, provoca un envejecimiento acelerado en las personas con enfermedad renal crónica leve cuando la función de los riñones es todavía normal.
Hasta el momento se conocía que cuando los riñones dejaban de funcionar, la acumulación de toxinas favorecía un envejecimiento acelerado y muerte prematura. Por ello, el profesor Ortiz destaca que "la novedad que aporta este proyecto es el descubrimiento de que la falta de Klotho genera envejecimiento acelerado en la enfermedad renal temprana". Es decir, aunque en apariencia los riñones funcionen correctamente, pueden estar dañados. "El daño se confirma cuando se comprueba que pierden proteínas en la orina, lo que se conoce como albuminuria, y es esta la que hace disminuir la producción de Klotho", añade el especialista.
"Si los riñones no producen Klotho, o no eliminan toxinas, se acelera el envejecimiento del paciente y se duplican las posibilidades de morir prematuramente"
El profesor Ortiz también revela que, gracias a este hallazgo, se han identificado dos dianas terapéuticas para romper la conexión entre la albuminuria y el descenso de Klotho, un avance que permitirá mejorar el pronóstico de uno de cada diez adultos. "La enfermedad renal crónica es un grave problema y un reto para la salud pública en España. Si los riñones no producen Klotho, o no eliminan toxinas, se acelera el envejecimiento del paciente y se duplican las posibilidades de morir prematuramente", asevera. Actualmente, uno de cada diez adultos españoles presenta esta patología, porcentaje que aumenta en las personas de más edad, hasta afectar a uno de cada tres en aquellos mayores de 65 años.