Según estudios, la falta de horas de sueño, o bien no descansar adecuadamente, puede incrementar un 27% la posibilidades de sufrir un ictus. Otros estudios ponen de manifiesto la importancia de contar con un mínimo de horas de sueño al día en beneficio de la salud. A este respecto, dormir siete horas al día puede reducir un 65% el riesgo cardiovascular, siempre que se lleve, además, un estilo de vida saludable.
Con el fin de concienciar sobre la importancia de seguir un estilo de vida cardiosaludable y respetar la adherencia al tratamiento para mejorar la vida de los pacientes, Boehringer Ingelheim recuerda cinco claves a tener presentes para que el cambio de hora no afecte a las personas anticoaguladas y a quienes pueden estar en riesgo de sufrir un ictus.
El 9,3% de los pacientes afirman olvidar tomar la medicación y el 28,2% necesitan que se lo recuerden
Adelantar el reloj una hora para adaptarnos al horario de verano puede alterar nuestro apetito o cambiar las horas de las comidas. En el caso de las personas anticoaguladas, deben estar especialmente alerta de no alterar sus hábitos alimenticios, tanto por los riesgos de una alimentación deficiente, como por la alteración en la toma de la medicación, que puede conllevar saltarse o atrasar una comida. Es importante seguir manteniendo una alimentación saludable, reduciendo el consumo de sal y el azúcar, dando prioridad a frutas, verduras y hortalizas, y consumir menos carnes, ya que previene el colesterol, la hipertensión o la diabetes.
Además, si tenemos en cuenta que el 9,3% de los pacientes afirman olvidar tomar la medicación y el 28,2% necesitan que se lo recuerden, el cambio de hora puede propiciar una alteración en la hora de toma de la medicación y aumentar los olvidos de cuándo debe tomarse la dosis. Es fundamental evitar una confusión respecto a la hora de tomar el tratamiento prescrito por su facultativo actualizando todas las alarmas y relojes.
También, la llegada de la primavera proporciona más horas de luz, una ocasión perfecta para poder dedicar las tardes a realizar ejercicio físico. Los beneficios de realizar 30 minutos al día de ejercicio, como recomienda la OMS, son múltiples, ya que además de mejorar nuestro estado de salud, también influye en nuestro humor, reduce el estrés y mejora el sistema circulatorio.
La modificación al huso horario veraniego supone la reducción de hasta un 10% la eficiencia del sueño
Asimismo, el cambio de estación puede convertirse en una magnífica oportunidad para mejorar nuestra autoestima y reducir el estrés. Según la OMS, el estrés aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, por lo que es importante disminuirlo y afrontar las situaciones con una mentalidad positiva.
Por último, la modificación al huso horario veraniego supone la reducción de hasta un 10% la eficiencia del sueño. Los ritmos circadianos influyen en la producción de melatonina, una de las hormonas que facilita el descanso y que producimos durante el proceso del sueño. Si nuestros ritmos se ven alterados, la producción de melatonina puede descender y, como consecuencia, reducir tanto la calidad como la cantidad del sueño.
Para descansar mejor, se recomienda evitar el uso de aparatos con luz artificial antes de dormir, como tablets, el teléfono móvil o la televisión y sustituirlos por una lectura en papel. De igual manera, una cena ligera facilita la digestión al estómago y una mejor conciliación del sueño.