Un nuevo estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), realizado en ratones, señala que la interacción social diaria entre personas mayores o envejecidas de manera prematura con adultos podría conseguir una mayor longevidad saludable.
En estudios anteriores ya se demostró que ratones cronológicamente viejos que interactuaron 15 minutos al día durante dos meses con adultos mejoraron sus parámetros conductuales, de inmunidad y de estado oxidativo-inflamatorio. Los avances del nuevo estudio se centran en que los ratones no eran viejos, tenían una edad adulta pero algunos presentaban un envejecimiento prematuro y los resultados fueron parecidos, mejoraron ambas partes su conducta su inmunidad, el estado de oxidación e inflamación, las cantidades de la hormona oxitocina y de las catecolaminas y vivieron más que aquellos que no interactuaron.
Para poder identificar el envejecimiento prematuro les sometieron a pruebas de laberintos que tras observar los resultados acabaron dividiéndose en tres grupos: ratones envejecidos prematuramente, no envejecidos y ambos tipos
“Las investigaciones llevadas a cabo por nuestro grupo han demostrado que los cambios con el envejecimiento en los parámetros que analizamos en los ratones son semejantes a los que experimentan los humanos, teniendo en cuenta que una semana de vida de ratón equivale a un año de humano”, explica Mónica De la Fuente, Catedrática de Fisiología y miembro del grupo Envejecimiento, Neuroinmunología y Nutrición de la UCM.
La investigación realizada en el Laboratorio de “Inmunología y Gerontología Experimental” de la Facultad de Biología de la UCM ha contado con una muestra de cien ratones hembra. Para poder identificar el envejecimiento prematuro les sometieron a pruebas de laberintos que tras observar los resultados acabaron dividiéndose en tres grupos: un grupo control de ratones envejecidos prematuramente, un grupo control de ratones no envejecidos y un tercer grupo en el que durante 15 minutos al día interaccionaban ambos tipos de ratón. Por último, después de dos meses, los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas de conocimiento para conseguir los resultados.
“Aunque muchas de las estrategias las investigamos en humanos, y en nuestra especie podemos comprobar si se enlentece la velocidad de envejecimiento determinando la edad biológica de una persona, para comprobar si es posible aumentar la longevidad, dada la gran esperanza de vida que tenemos, solo podemos hacerlo utilizando ratones que tienen una longevidad media de dos años”, concluye De la Fuente.