Un estudio codirigido por el doctor Alberto Ortiz, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y coordinador de la Red de Investigación Renal (REDinREN), junto con la doctora Ana Belén Sanz, investigadora del Instituto de Investigación SanitariaIIS-Fundación Jiménez Díaz, ha descubierto la primera forma de tratamiento contra el fracaso renal agudo.
"En un trabajo previo, publicado en la revista Journal of the American Society of Nephrology en 2017, identificamos una forma de muerte celular, la ferroptosis, como responsable de la primera ola de muerte celular renal en el fracaso renal agudo", ha apuntado el especialista.
"En el trabajo actual, publicado en la prestigiosa revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, hemos identificado que durante el fracaso renal agudo se producen dos olas de muerte de células tubulares del riñón. La primera de ellas recibe el nombre de ferroptosis y la segunda se conoce como necroptosis. Ambas son formas de muerte reguladas y gracias a ello se pueden tratar", ha añadido.
La investigación también hará posible la implantación de un tratamiento contra la segunda ola de muerte celular que consiste en administrar a los pacientes inhibidores de quinasas que impiden la necroptosis
El fracaso renal agudo se puede identificar mediante un análisis, pero solo después de que las células hayan muerto por ferroptosis. "Esta primera ola de muerte provoca un deterioro de la función de los riñones que hace posible el diagnóstico de la patología. El interés de este trabajo radica en que ahora podemos identificar el fallo en los riñones antes de la segunda ola de muerte celular y así podemos aplicar el tratamiento", ha explicado el doctor Ortiz. La investigación también hará posible la implantación de un tratamiento contra la segunda ola de muerte celular que consiste en administrar a los pacientes inhibidores de quinasas que impiden la necroptosis.
"Hasta la fecha la única manera de luchar contra esta enfermedad era dializar a los pacientes a la espera de que los riñones se recuperasen por sí mismos, una aproximación que no ha cambiado desde 1945, pero gracias a este hallazgo se va a poder acelerar la recuperación de fracaso renal agudo, una enfermedad frecuente y con una tasa de mortalidad del 50%", ha finalizado el profesor.