Alrededor de un 16% de hombres y mujeres en España sufren obesidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una tasa que se ha duplicado en los últimos años por el estilo de vida actual. Esta enfermedad, y especialmente su variante la obesidad visceral, es uno de los factores de riesgo en el desarrollo de alteraciones metabólicas y cardiovasculares. La disfunción endotelial, la rigidez arterial o la resistencia a insulina supone un importante problema de salud pública.
Una investigación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el CIBERCV y el Instituto de Investigación Hospital La Paz ha descrito el importante papel que juega la enzima mPGES-1 (Prostaglandina E sintasa Microsomal 1) en el desarrollo de estas alteraciones. “La mPGES-1 es una enzima que se activa en situaciones inflamatorias produciendo un aumento en los niveles de prostaglandina E2, un prostanoide que participa en procesos inflamatorios asociados al daño vascular y en el desarrollo de depósitos de tejido adiposo,” explican las directoras del equipo, las doctoras Ana Mª Briones y Mercedes Salaices
La ausencia del gen previene la ganancia de peso y las alteraciones glicémicas y lipídicas
El estudio, publicado en la revista British Journal of Pharmacology, ha sido desarrollado en ratones alimentados con una dieta alta en grasa y que carecen de mPGES-1. Su resultados muestran que la ausencia del gen previene la ganancia de peso y las alteraciones glicémicas y lipídicas que sí se desarrollan en ratones normales alimentados con la misma dieta. También esta ausencia protege frente al desarrollo de alteraciones vasculares y cardiacas, y frente a la inflamación del tejido adiposo que se observa en ratones normales.
"En este contexto, nuestros datos muestran mayores niveles de mPGES-1 en el tejido adiposo de los pacientes con niveles más altos de inflamación y daño vascular, algo que no se había descrito hasta el momento”, indica la coautora Raquel Rodrigues. Y concluye Ana Mª Briones: "Nuestros datos nos hacen plantearnos que los inhibidores de mPGES-1 podrían ser una nueva y prometedora herramienta terapéutica para el tratamiento de la obesidad y de las alteraciones metabólicas y vasculares que se observan en estos pacientes".