Futuras vacunas: orales, en píldora y más fáciles de tolerar

La mayoría de las vacunas son de administración intramuscular, pero se avanza para desarrollar opciones orales que faciliten el traslado de los medicamentos y el tratamiento de algunas enfermedades

Vacunas orales con pildoras que inyectan el tratamiento en el estómago (Foto. cortesía de los investigadores del MIT)
Vacunas orales con pildoras que inyectan el tratamiento en el estómago (Foto. cortesía de los investigadores del MIT)
Paola de Francisco
2 febrero 2022 | 13:00 h

En los años 50 se desarrolló la primera vacuna de administración oral. Se trataba de las vacunas contra la poliomielitis que durante años se dieron a los niños pequeños para evitar esta enfermedad viral causada por un virus que entra por la boca y produce debilidad muscular y parálisis. Esta vacuna llegó a provocar como efecto secundario parálisis fláccida similar a la enfermedad producida por el virus salvaje. Un riesgo mayor en los niños inmunodeprimidos, y que se solventó con la vacuna intramuscular que tenía el virus inactivo.

Desde entonces, son pocas las vacunas orales que se han desarrollado, algunos ejemplos son la del rotavirus en gotas o la antitifoide para los bebés. Pese a que no dependen de cadena de suministro en frío, son más fáciles de trasportar y de administrar. Lo normal es que se desarrollen vacunas de inyección intramuscular, que como explicaba a Consalud.es el Dr. Luis Enjuanes, es más fácil que los organismos internacionales las aprueben, al ser un campo más explotado. Actualmente el investigador español está apostando también por desarrollar una vacuna nasal contra el SARS-CoV-2, taponando la vía de entrada. Y ante las vacunaciones masivas y globales se están desarrollando también fármacos orales.

Es el caso de una farmacéutica israelí, Oramed Pharmatheutical, que ha empezado a comercializar a finales de 2021 con una vacuna oral contra la Covid-19. Como explicaba a Europa Press el director ejecutivo de la empresa, “la vacuna oral, que no depende de una cadena de suministro en frío, como otras vacunas contra el coronavirus, podría marcar la diferencia entre un país capaz de superar la pandemia y uno que no".

“Los ácidos nucleicos, en particular el ARN, pueden ser extremadamente sensibles a la degradación, particularmente en el tracto digestivo”, señala Giovanni Traverso

Un problema existente con las vacunas orales actuales es que el tracto digestivo puede ser especialmente corrosivo para el fármaco, degradando especialmente el ARN mensajero que transmite a las células inmunes la información para responder al virus contra el que vacunamos. Teniendo en cuenta el miedo a las agujas, la dificultad para que los fármacos lleguen a todos los rincones del mundo, y una administración más sencilla, los investigadores estudian nuevas formas de vacunas orales más eficaces que solventen los problema de degradación.

PÍLDORA QUE LIBERA ARNm

Uno de los resultados de esas investigaciones es una cápsula para tragar desarrollada por el MIT. Esta cápsula puede adherirse al revestimiento del estómago e inyectar el ARN mensajero o el ADN terapéutico que se quiera administrar. “Los ácidos nucleicos, en particular el ARN, pueden ser extremadamente sensibles a la degradación, particularmente en el tracto digestivo. Superar este desafío abre múltiples enfoques para la terapia, incluida la posible vacunación por vía oral”, señala Giovanni Traverso, profesor del MIT  y gastroenterólogo en el Brigham and Women's Hospital.

“Estimular el sistema inmunitario del tracto gastrointestinal es una forma conocida de crear una respuesta inmunitaria”, señala Alex Abramson

La píldora, del tamaño de un arándano, tiene una cúpula alta y empinada inspirada en la tortuga leopardo. Así como la tortuga puede enderezarse si rueda sobre su espalda, la cápsula puede orientarse para que su contenido pueda inyectarse en el revestimiento del estómago. Además, cuenta con un revestimiento de nanopartícula polimérica, poli beta-amino ésteres, más protectores que otros polímeros utilizados anteriormente.

Lo han probado con insulina, con los ácidos nucleicos y también se ha mostrado exitosa con anticuerpos monoclonales en forma líquida. “Hay muchas células inmunitarias en el tracto gastrointestinal, y estimular el sistema inmunitario del tracto gastrointestinal es una forma conocida de crear una respuesta inmunitaria”, señala Alex Abramson autor del estudio. De esta forma en muchos casos estos tratamientos no solo permitirán enfrentar infecciones que entren por el tracto digestivo, sino también las enfermedades del tracto grastrointestinal.

“Cuando tiene una administración sistémica a través de una inyección intravenosa o una inyección subcutánea, no es muy fácil apuntar al estómago”, dice Abramson. “Vemos esto como una forma potencial de tratar diferentes enfermedades que están presentes en el tracto gastrointestinal”, concluye.

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