Recibes la noticia de que ese amigo con el que comiste hace unos días, ha dado positivo en Covid-19. Automáticamente saltan todas tus alarmas internas. Aunque te encontrabas genial, de repente notas que te rasca la garganta e incluso sueltas alguna tos. Una PCR negativa más tarde, todos estos síntomas desaparecen y te das cuenta de que todo estaba en tu cabeza.
Ahora, un estudio revela que todos estos síntomas podrían ser reales. Es decir, no estaban solo en tu cabeza, sino que el cerebro los ha creado. Y es que un grupo de científicos israelíes ha observado en ratones, cómo el cerebro puede recordar la respuesta inmunitaria a inflamaciones o enfermedades pasadas. No solo eso, sino que este organo podría, además de provocarlas, hacerlas desaparecer.
Las enfermedades psicosomáticasson las patologías que aparecen sin una causa biológica aparente y normalmente con un alto componente emocional. Estos investigadores del Instituto de Tecnología Technion-Israel han ahondado, en un estudio publicado en la revista Cell, el potencial del cerebro para provocar enfermedades.
"El cerebro almacena algún tipo de representación de las condiciones inflamatorias que experimentan los ratones y tiene la capacidad de causar, a posteriori, la misma inflamación"
Así, en un experimento en ratones, revelaron que, durante una inflamación del colon (inducida en laboratorio), varias regiones del cerebro ejercieron una actividad neuronal especial. Una de estas áreas fue la corteza insular o ínsula, la zona del cerebro responsable del hambre, la sed, el dolor y el ritmo cardíaco.
En declaraciones para The Times of Israel de Asya Rolls, la neuroinmunóloga y líder del estudio asegura que este trabajo “sugiere que el cerebro almacena algún tipo de representación de las condiciones inflamatorias que experimentan los ratones y tiene la capacidad de causar, a posteriori, la misma inflamación”. Es decir, nuestro cerebro puede almacenar “rastros de memoria” de alteraciones pasadas del mismo modo que recuerda olores, personas, sabores o canciones.
En un comunicado, la American Technion Society afirma que este hallazgo en ratones, podría abrir la puerta a nuevas terapias en humanos para tratar enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la psoriasis, ya que podrían conseguir atenuar esta “memoria” del cerebro.