Un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte ha descubierto que hacer ejercicio físico antes de desarrollar cáncer está asociado a un crecimiento tumoral más lento, además de reducir los efectos de la caquexia, un trastorno de desgaste metabólico que afecta a un 80% de los pacientes con cáncer avanzado.
Los pacientes con caquexia sufren un desgaste muscular progresivo severo, una disminución de la estructura y función del corazón y una peor calidad de vida en términos generales.
Louisa Tichy, estudiante de posgrado en el laboratorio de Traci Parry en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, explica que la mayor parte del ejercicio, especialmente el ejercicio aeróbico, "es de fácil acceso y asequible. Por lo tanto, realizar ejercicio aeróbico constante, como correr, es una forma rentable de reducir el riesgo de cáncer y sus complicaciones".
Anteriormente varios estudios habían demostrado que el ejercicio podía tener efectos antiinflamatorios y un impacto positivo en la caquexia, pero este estudio se centró en el precondicionamiento.
“Estos datos son cruciales para identificar la importancia del ejercicio y el mejor momento para hacerlo como medida protectora y preventiva contra los efectos perjudiciales de la caquexia por cáncer”
“Nuestro estudio preclínico indicó que el ejercicio antes de la aparición del tumor parece desempeñar un papel cardioprotector importante durante la caquexia del cáncer al preservar la estructura y la función cardíacas. También ayudó a detener el crecimiento del tumor, incluso cuando los animales no hicieron ejercicio durante el período de crecimiento del tumor”, señaló Tichy.
Los investigadores analizaron a dos grupos de ratones, los que hicieron ejercicio en una cinta de correr durante ocho semanas y los que no realizaron ningún tipo de ejercicio. Tras las ocho semanas, los investigadores indujeron el cáncer en algunos de los ratones ejercitados y en algunos ratones sedentarios mientras mantenían a algunos ratones de ambos grupos libres de cáncer para que actuaran como controles.
Los resultados fueron que los ratones con cáncer y con un estilo de vida sedentario tuvieron una función cardíaca más pobre que los ratones que hacían ejercicio antes de la inducción del cáncer. También señalan que el grupo que hizo ejercicio tenía un volumen tumoral más pequeño, y en cuanto a la masa tumoral, un 60 % más pequeña que los ratones del grupo sedentario.
“Estos datos son cruciales para identificar la importancia del ejercicio y el mejor momento para hacerlo como medida protectora y preventiva contra los efectos perjudiciales de la caquexia por cáncer”, resaltó Tichy.
Louisa Tichy presentará esta nueva investigación en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Patologíade Investigación durante la reunión de Experimental Biology (EB) 2022 , que se lleva a cabo del 2 al 5 de abril en Filadelfia.