Un estudio ha identificado los mecanismos moleculares que apoyan las defensas naturales del cuerpo contra el desarrollo del cáncer de piel. Se trata de una investigación publicada en la revista Cell Reports, que abre la puerta a potenciales nuevas dianas terapéuticas contra el cáncer.
El estudio fue llevado a cabo por un equipo liderado por Fátima Gebauer, del Centro de Regulación Genómica (CRG), mediante la recopilación de queratinocitos de ratón, el tipo de célula cutánea más abundante en la epidermis. Estos queratinocitos, según explica el CRG en nota de prensa, pueden dar lugar a varios tipos de cáncer, entre los que se incluyen los carcinomas de células basales y escamosas. Estos, son dos de los cánceres más frecuentes en humanos.
Tal y como explica el primer autor del estudio, Rosario Avolio, los ivnestigadores descubrieron "que la proteína CSDE1 coordina una compleja serie de mecanismos moleculares que impulsan la senescencia en las células de la piel, ralentizando su función sin causar la muerte. Las células senescentes actúan como un cortafuego contra el cáncer, suprimiendo la formación de tumores".
El equipo científico descubrió que CSDE1 promueve la supresión de tumores a través de dos mecanismos diferentes
De manera experimental, el grupo introdujo genes que promueven la formación del cáncer, induciendo a las células hacia un estado de senescencia. Descubrieron que cuando se agotan los niveles de CSDE1, las células no pueden experimentar la senescencia y se inmortalizan, un paso necesario para el desarrollo del cáncer.
Los experimentos con células sin CSDE1 revelaron que, cuando estas se implantan bajo la piel de los ratones, comienzan a desarrollar tumores malignos. Todos los ratones tratados de esta forma, producieron carcinomas de céculas escamosas entre 15 y 20 días después, de manera que queda patente el rol clave de CSDE1 en la supresión de los tumores.
El equipo científico descubrió que CSDE1 promueve la supresión de tumores a través de dos mecanismos diferentes. CSDE1 hace que la célula secrete un cóctel de citoquinas y enzimas que obligan a la célula a entrar en un estado de detención permanente del crecimiento. CSDE1 también detuvo la síntesis de YBX1, una proteína conocida previamente por promover el crecimiento y la agresividad de los tumores.
"Encontrar la causa principal de este fenómeno tendrá importantes implicaciones para el descubrimiento de nuevos tratamientos personalizados contra el cáncer"
Estos resultados son sorprendentes porque CSDE1 se ha relacionado antes con el favorecimiento de la formación de cánceres, no con su supresión. Así, estudios previos de la Dra. Gebauer revelaron que CSDE1 promueve la formación de metástasis en el melanoma, un tipo de cáncer menos habitual pero más agresivo. "CSDE1 es el Dr. Jekyll y Mr. Hyde de las proteínas. Tiene una dualidad impredecible según el tipo de célula y tejido en el que se encuentre. No sabemos por qué esta proteína promueve el cáncer en algunos casos y lo suprime en otros. Encontrar la causa principal de este fenómeno tendrá importantes implicaciones para el descubrimiento de nuevos tratamientos personalizados contra el cáncer", explica la doctora y primera autora del estudio.
El CRG informa que CSDE1 es un tipo de proteína que monitoriza el ARN. Estas se adhieren al ARN, a menudo en el momento en que se transcriben y pueden cambiar su función. Una posible teoría que explica por qué CSDE1 se comporta de manera diferente en las células normales de la piel comparadas con células cancerosas es la existencia de variantes ligeramente diferentes en cada tipo de célula. Esto podría afectar a la maquinaria molecular de la célula de diferentes maneras.
El estudio es uno de los pocos que examina el rol de las proteínas que se adhieren al ARN, un nuevo campo emergente en la investigación del cáncer, en el establecimiento de la senescencia celular.
Y es que "durante mucho tiempo se pensó que las proteínas que se adhieren al ARN son moléculas universales que las células usan para el mantenimiento general, y que además no pueden ser reguladas para el beneficio terapéutico. Cada vez está más claro que esto no es cierto y que es un campo emergente fundamental para comprender las enfermedades humanas", concluye Gebauer.