Desarrollan una técnica que podría evitar la diálisis a los pacientes renales

Investigadores han probado que un alto número de enfermos renales a los que se les ha aplicado una intervención denominada reemplazo valvular aórtico transcatéter, no han necesitado empezar con la diálisis.

Las conclusiones probaron que solo el 2,2% de los pacientes con enfermedad renal crónica en estadio 3 comenzaron la diálisis
19 octubre 2017 | 16:31 h

Una intervención cardiaca, el reemplazo valvular aórtico transcatéter (TAVR, en inglés), disminuye consistentemente el número de personas con enfermedad renal crónica que han de comenzar la diálisis, según indica un estudio publicado en JACC: Cardiovascular Interventions. “Algunos pacientes están convencidos de que no quieren ir a diálisis, y ahora los médicos estarán en mejores condiciones de responder a la pregunta sobre su riesgo de diálisis si se someten a reemplazo de válvula”, explica el investigador principal, James W. Hansen, médico intervencionista de cardiología estructural en el Lahey Hospital and Medical Center, en Massachusetts, Estados Unidos.

"La enfermedad renal crónica es un factor de riesgo para las enfermedades del corazón y el desarrollo de la enfermedad renal crónica es a menudo secundaria a muchas otras enfermedades que están relacionadas con enfermedades del corazón, como la hipertensión arterial y la diabetes mal controlada. Muchos de estos pacientes tienen estenosis aórtica, que requiere un reemplazo de válvula", explica.

El TAVR es una intervención quirúrgica poco invasiva repara la válvula aórtica sin quitar la válvula dañada. En su lugar, se utiliza un catéter para suministrar una válvula de reemplazo al sitio de la válvula vieja donde la nueva válvula comienza a regular el flujo sanguíneo. Generalmente, se reserva para los pacientes cuya mala salud hace que un reemplazo valvular a corazón abierto sea demasiado arriesgado.

El estudio, utilizando datos del Registro TVT de la Sociedad de Cirujanos Torácicos/el Colegio Americano de Cardiología, incluyó a 44.778 pacientes que se sometieron a TAVR de noviembre de 2011 a septiembre de 2015. Los pacientes se organizaron en grupos de acuerdo a la etapa de la enfermedad renal crónica; las etapas combinadas 1 y 2 (la menos severa) sirvieron como grupo de control. Las etapas de la enfermedad renal se miden por la cantidad de sangre que puede filtrarse por el riñón en un periodo de tiempo dado. Ninguno de los pacientes estaba en diálisis al inicio del estudio.

"La enfermedad renal crónica es un factor de riesgo para las enfermedades del corazón y el desarrollo de la enfermedad renal crónica es a menudo secundaria a muchas otras enfermedades que están relacionadas con enfermedades del corazón, como la hipertensión arterial y la diabetes mal controlada. Muchos de estos pacientes tienen estenosis aórtica, que requiere un reemplazo de válvula"

TASA DE DIÁLISIS EN PACIENTES

Las conclusiones probaron que solo el 2,2% de los pacientes con enfermedad renal  crónica en estadio 3 comenzaron la diálisis un mes después de la cirugía, cifra que se acrecentaba mínimamente, hasta el 3,5%, cuando había pasado un año de la intervención. Por otra parte, en las personas con la patología en estadios 1 y 2, el porcentaje 30 días y un año después de la operación era del 0,7% y del 1,2%, respectivamente.

"Mientras que los pacientes con enfermedad renal crónica más severa tienen una tasa más alta de muerte y diálisis a los 30 días y un año, nos alienta que la tasa absoluta de nueva diálisis sea relativamente baja en pacientes en estadio 3", apunta Hansen, señalando que hasta ahora, no ha habido datos completos sobre el riesgo de diálisis para pacientes renales crónicos sometidos a TAVR. "Aunque no tenemos manera de predecir el resultado de cualquier individuo, podemos decir a los pacientes que de una cohorte de pacientes similar a la suya, ésta es la probabilidad de lo que puede suceder".

Los pacientes con enfermedad renal en estadio 4 o 5 presentan un mayor riesgo de diálisis a un mes y un año en comparación con los pacientes en estadio 3. El estudio encontró que un tercio de los pacientes de la etapa 4 fallecieron dentro de un año de TAVR, con alrededor de un sexto que requirió diálisis. En los pacientes de estadio 5, más de un tercio de los pacientes necesitaban diálisis en 30 días, y casi dos tercios la requerían al año.

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