Treinta minutos después de la ingesta de la bebida original, el nivel medio de presión arterial de los voluntarios aumentó en un 6,4%
Concretamente los científicos controlaron los niveles presión arterial, pulsaciones, niveles de glucosa o norepinefrina en un grupo experimental tras la ingesta, por una parte, de una bebida energética de una reconocida marca comercial; por otra parte, se comprobó la reacción de estos mismos niveles con una bebida placebo, con el mismo color y sabor, pero sin contener los estimulantes que la sustancia original.Treinta minutos después de tomar la bebida, la presión arterial media de los voluntarios aumentó en un 6,4% mientras que, con la bebida placebo, sólo aumentó en un 1%. Por otra parte, el estudio demostró que los niveles de norepinefrina aumentaban después del consumo bastante más tras la ingesta de le bebida original (en un 73,6%), que con la del placebo (30,9%).
Aunque la muestra fue pequeña (25 voluntarios), los investigadores consideran que el estudio demuestra que el consumo de bebidas energéticas "puede predisponer a los individuos a un mayor riesgo cardiovascular". De hecho, y según la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental de Estados Unidos, las visitas a urgencias relacionadas con el consumo de estas bebidas aumentó, entre 2007 y 2011, en un 50%.
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