Las bacterias productoras de carbapemenasas de tipo IMP representan un mecanismo de resistencia a antibióticos poco estudiado,cuyo conocimiento es crucial para su prevención y control, ya que pueden causar brotes hospitalarios. Un nuevo estudio colaborativo liderado por el área de Enfermedades Infecciosas del CIBER (CIBERINFEC), que publica la revista Frontiers in Microbiology, ha secuenciado el genoma completo de todas las bacterias productoras de IMP recibidas en el Programa de Vigilancia de Resistencia a Antibióticos del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en un periodo de 9 años (2012-2021), proporcionando datos actualizados de la propagación interregional de estas bacterias en España.
Algunas enterobacterias tienen la capacidad de producir carbapenemasas, unas enzimasque degradan los antibióticos carbapenémicos, una familia de antimicrobianos de última línea terapéutica que se emplean para tratar infecciones en las que fallan otros antibióticos. Entre estas enzimas, se encuentran las del tipo IMP.
“Aunque la detección de enterobacterias productoras de IMP sigue siendo infrecuente en España, sí se ha observado que están causando recientemente brotes en hospitales”, explican Jesús Oteo y María Pérez-Vázquez, investigadores del CIBERINFEC y del Laboratorio de Resistencia a Antibióticos del Centro Nacional de Microbiología que han coordinado este trabajo. Por ello, el objetivo de esta investigación fue contribuir a resolver la falta de información unificada sobre las IMP a nivel nacional.
“Aunque la detección de enterobacterias productoras de IMP sigue siendo infrecuente en España, sí se ha observado que están causando recientemente brotes en hospitales”
Este equipo recogió los datos remitidos por un total de 19 hospitales de 13 provincias españolas. En total, se analizaron 50 aislados de enterobacterias productoras de IMP, con el fin de caracterizarlas, analizar los métodos de identificación más eficaces, la sensibilidad a diferentes familias de antibióticos y su propagación en España. Estos aislados habían producido infecciones clínicas (64%)–incluidas infecciones del tracto urinario(32%), infecciones del tracto respiratorio(10%), casos de bacteriemia(8%) y otras infecciones(14%)–,y otrosque se correspondieron con muestras rectales (36%).
De esta forma, en la investigación, llevada a cabo por investigadores de los grupos del CIBERINFEC liderados por Jesús Oteo, en el Centro Nacional de Microbiología -ISCIII, y por Mª Carmen Fariñas en el Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL); así como investigadores del área de Enfermedades Respiratorias del CIBER (CIBERES) en el Hospital Universitario Gregorio Marañón, constató que este mecanismo de resistencia a antimicrobianos se ha diseminado en diferentes bacterias. En concreto, las especies detectadas fueron: Klebsiella pneumoniae el 48% de los aislados; Enterobacter roggenkampii aportó el 26%; Enterobacter hormaechei, el 16%; Klebsiella oxytoca, el 4%; Enterobacter asburiae, el 2%; y Serratia marcescens, otro 2%, al igual que Escherichia coli.
DETECCIÓN DE CLONES DE RIESGOS
La secuenciación del genoma completo ha permitido la detección de distintos tipos de enzimas IMP en estas cepas, predominando IMP-8 en K. pneumoniae e IMP-22 en E. roggenkampii. Además, en seis cepas se detectó producción de una segunda carbapenemasa (OXA-48, KPC-3 o VIM-1), por lo que suponen clones de mayor riesgo al coexistir varios mecanismos de resistencia. Asimismo, se detectó en un 28% de las cepas analizadas la producción de betalactamasas de espectro extendido (BLEE), enzimas responsables de resistencia ante la acción de antibióticos betalactámicos como las penicilinas, las cefalosporinas, y monobactámicos.
El trabajo también analizó la eficacia de distintos antimicrobianos frente a estas enterobacterias productoras de IMP, y demostró que la colistina y la amikacina presentaban los mejores valores de sensibilidad para su tratamiento.
MEJORAR LAS TÉCNICAS DE DETECCIÓN
Asimismo, el estudio aportó datos para la mejora de los métodos de detección actuales, determinandoque dos tipos de test (test beta-CARBA y test de Hodge modificado) presentaron la mayor sensibilidad para la identificación fenotípica de este tipo de bacterias frente a otras técnicas empleadas. El uso de estos test, que han conseguido en las pruebas una sensibilidad del 100%, podría contribuir a avanzar en la vigilancia de estas bacterias.
“Una vigilancia microbiológica y molecular activa es esencial para la mejor comprensión y control de la diseminación de enterobacterias productoras de IMP”, señalan los autores.