Rosa pasó la Covid-19 a finales de noviembre. Como muchos pacientes, perdió el gusto y el olfato, aunque lo recuperó al cabo de un tiempo. Meses más tarde, entre febrero y abril, la joven explica para este medio que comenzó a notar cambios en su forma de percibir los olores. “Los perfumes, suavizantes o champús, que se supone que huelen bien, me daban muchísimo asco. No sé cómo describirlo, era como un olor súper fuerte”, asegura. Además, su sentido del gusto también cambió, aunque no tan drásticamente: “Había comidas que me sabían raro, distinto… Como cuando compras algo de una marca diferente a la que estás acostumbrada”.
No son pocos los pacientes que han notificado estos cambios. Coca Cola con sabor a cloro, olores a putrefacción de repente, café que huele a gasolina… Son algunos de los efectos secundarios y transitorios experimentados tras la infección con coronavirus. “A la hora de comer y beber, todo les sabe mal o igual. Es habitual el sabor a podrido, lo que les limita mucho a la hora de comer o salir a tomar algo”, explica para ConSalud.es el Dr. Adolfo Toledano, otorrinolaringólogo en el Hospital Ruber Internacional.
El especialista comenta que lo habitual es que los pacientes que pierden el olfato y gusto al contraer la Covid-19, lo recuperen entre uno y dos meses después, aunque puede ocurrir y sobre todo se ve en gente joven, que la capacidad olfativa vuelva “distorsionada”. Y es que "el virus destruye el sistema olfativo, y aunque este tiene una capacidad de regeneración, los circuitos neuronales están alterados y es lo que hace que se distorsionen los olores", explica el otorrinolaringólogo.
La sinusitis crónica es la causa más frecuente de pérdida de olfato, seguida de la producida por otros virus como el de la gripe
En opinión del Dr. Toledano, no se trata de un síntoma de Covid persistente, pues “la mayoría de veces se curan”. Estas “parosmias o disosmias, desaparecen en alrededor del 90% de los casos”. En la Unidad de Otorrinolaringología de este hospital madrileño, el proceso de rehabilitación del olfato comienza con un estudio del paciente para analizar en qué fase están. Entre seis y ocho sesiones suelen ser suficientes para que los pacientes recuperen el olfato.
En este sentido, el Dr. Toledano comenta que llevan más de diez años ayudando a los pacientes a recuperar su olfato. “Esto está de moda ahora por la Covid-19, ya que casi la mitad de los enfermos pierden el olfato, pero no es la única causa”. La sinusitis crónica es la causa más frecuente de pérdida de olfato, seguida de la producida por otros virus como el de la gripe. Las enfermedades neurodegenerativas, los golpes o la exposición a productos químicos fuertes también pueden provocar anosmia.
El sentido del olfato, tal y como explica Toledano, “es un sistema inducible que puede mejorarse con estímulos”. Como ejemplo, pone a los catadores de vino, cuyo olfato privilegiado “se entrena”. “Utilizamos un sistema parecido y rehabilitamos el olfato para mejorar las distorsiones o recuperarlo” y en la mayoría de los casos, los pacientes vuelven a tener la capacidad olfativa que tenían antes de pasar la Covid-19.