El Grupo de Metabolismo Óseo, Diabetes Mellitus y Nutrición del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre i+12, ha demostrado que los pacientes con acromegalia (secreción excesiva de la hormona del crecimiento), tienen alteraciones en la microarquitectura ósea a largo plazo que persisten incluso con el tratamiento. Los investigadores principales del estudio son los doctores Guillermo Martínez Díaz-Guerra, Federico Hawkins, María Calatayud y Soledad Librizzi, y David Lora.
El estudio, publicado en la revista Clinical Endocrinology, ha confirmado la validez de una prueba diagnóstica conocida como Trabecular Bone Score (TBS), que facilita información complementaria a la densitometría para monitorizar a largo plazo a los pacientes y escoger el mejor tratamiento, con el objetivo de prevenir fracturas. Esta prueba mide la textura ósea en una escala de grises gracias a un software específico que estudia la estructura esponjosa del interior del hueso de la columna vertebral.
La investigación se ha realizado mediante el estudio de 26 pacientes con la enfermedad controlada, que han sido seguidos por profesionales de la Unidad de Neuroendocrinología durante alrededor de dos semanas. Los resultados se han contrastado con los de un grupo de control formado por 117 personas sanas.
La acromegalia, es una patología que afecta a una de cada 7.500 - 35.000 personas en el mundo
Por otro lado, revela que los pacientes con acromegalia, tienen niveles de textura ósea medidos con TBS significativamente menores. Un 62% de los pacientes tenían microarquitectura ósea parcial o totalmente degradada, si bien el 73% tenían una densidad ósea normal cuando se medía solo con desitometría. Este hecho deja patente la ventaja que supone utilizar ambas pruebas conjuntamente para garantizar la eficacia y el seguimiento a largo plazo.
La enfermedad objeto de estudio, la acromegalia, es una patología que afecta a una de cada 7.500 - 35.800 personas en el mundo. Se desarrolla por la excesiva secreción de la hormona del crecimiento, que en la mayoría de los casos se debe a un tumor en la glándula hipofisaria. La desfiguración progresiva de los rasgos corporales, es una de las características más frecuentes.
Además, el exceso de esta hormona tiene consecuencias negativas en los órganos y da lugar a complicaciones metabólicas, endocrinas, cardiovasculares, respiratorias y óseas. Para tratar la enferemdad, se recurre a menudo a la cirugía del tumor. No obstante, es habitual que los niveles de la hormona se mantengan elevados incluso después del tratamiento.