Las asociaciones de pacientes han vuelto a sacar a la palestra sus problemas de financiación, los cuales amenazan cientos de actividades, talleres, cursos, programas de atención con los que apoyan a las familias y a los pacientes y les ayudan allí donde no llega el Sistema Nacional de Salud (SNS). “Llevamos ya muchos años con ese 0,7% de interés social del impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), la vida ha subido mucho y, además, estamos viendo que ahora, tal y como está actualmente el SNS con la presión asistencial, las listas de espera y la falta de médicos, las asociaciones estamos tomando más protagonismo en la atención de los pacientes”, señala a ConSalud.esAndoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes (FEP). El objetivo, por tanto, es que se aumenta la asignación tributaria al 1%.
La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) y Autismo España han sido las primeras asociaciones que esta semana han solicitado aumentar esta partida del IRPF destinada a actividades de interés general consideradas de interés social. Una medida que significaría un primer paso para la necesaria modificación del sistema de subvenciones actual, el cual precisa de un “cambio sustancial” que permitiría a las entidades “alcanzar un marco de financiación estable, suficiente, garantizado y previsible”. Una realidad que desde hace años no se da.
Existen más de 3.000 asociaciones de pacientes que cuentan con "recursos escasos" para dar sus servicios
Las asociaciones de pacientes llevan mucho tiempo denunciando los problemas de financiación por los que pasan. En 2021 sufrieron la eliminación del 0,7% de interés social del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre las Sociedades. Esta eliminación, que, para respiro de las entidades, familias y pacientes, no se ha vuelto a repetir en el resto de ejercicios anuales, comprometió cientos de iniciativas y visibilizó los problemas para conseguir recursos que tienen los grupos de pacientes. Como señaló entonces a este medio Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), fue “un enorme perjuicio”.
Y esta situación continúa. En 2022 se financiaron a nivel estatal 887 proyectos de 262 entidades del tercer sector; en 2023, 991 proyectos a nivel estatal, desarrollados por 288 entidades sociales. En total, en el tercer sector existen 28.000 entidades, de ellas, según el FEP, más de 3.000 son asociaciones de pacientes.
Las entidades están buscando la manera de diversificar la financiación para no tener tanta dependencia de las fuentes de dependencia actuales, pero para la mayoría de ellas precisamente las subvenciones, conciertos y convenios públicos suponen el mayor acicate que tienen para llevar a cabo sus actividades. Financiación pública a la que se suman las ayudas privadas, los patrocinios de empresas, las cuotas de asociados y las donaciones. Todos ellos “recursos escasos” con los que estas organizaciones sin ánimo de lucro ven cada vez más difícil dar sus servicios, como incide Andoni Lorenzo.
“El incrementar el 0,7% al 1% supone equipararnos un poco a los tiempos actuales. Es de justicia”
“Conseguir la subvención de IRPF es una auténtica locura, con unas dificultades que perjudica a las organizaciones de pacientes”, señala el presidente del FEP. “El incrementar el 0,7% al 1% supone equipararnos un poco a los tiempos actuales. Es de justicia”. De hecho, según datos de Autismo España, si esta propuesta se hubiera adoptado en el año 2023, se habría aumentado un 43% la cuantía recaudada por el IRPF e Impuestos de Sociedades para fines sociales. El objetivo es que la propuesta aparezca recogida en los Presupuestos Generales del Estado de 2025.
“Muchas veces existen sospechas sobre nuestra financiación, y la realidad es que eso repercute en la falta de recursos que tenemos. Además de una baja asignación tributaria, contamos con muy pocas ayudas, ya que la mayoría se destinan a la discapacidad, y la realidad es que muchas de las asociaciones no se dirigen a pacientes con dependencia o discapacidad reconocida”, indica Lorenzo. “No podemos desaprovechar los recursos sanitarios y sociosanitarios que actualmente tenemos y que complementan la labor asistencial de la sanidad pública”, concluye.