Durante el verano, existen diferentes complicaciones en los niños, que pese a no ser de especialidad gravedad, pueden producir grandes dolores y molestias, como es el caso de la otitis o las quemaduras solares. También existen otras patologías que a primera vista son simples pero pueden derivar en casos de extrema gravedad, como son las alergias alimentarias o las picaduras. Todas ellas, por tanto, merecen la atención especializada de un servicio de urgencias pediátricas.
“El hecho de que el buen tiempo implique que se pase más tiempo fuera de casa expone a los niños a ciertos episodios que requieren, pese a no resultar de extrema gravedad, atención de urgencias” explica la Dra. Sonia Pérez Valle, pediatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, que además aprovecha para recordar las patologías más comunes y sus posibles efectos.
El hecho de que el buen tiempo implique que se pase más tiempo fuera de casa expone a los niños a ciertos episodios que requieren atención de urgencias
“En cuanto a las quemaduras solares, cuando afectan a zonas extensas, sobre todo en niños menores de 3 años, es importante que se controlen en un servicio de urgencias cuando aparecen ampollas o se levanta la piel; cuando esto sucede el niño puede incluso tener fiebre”, asegura la especialista. Cabe recordar que existen zonas del cuerpo que se queman con frecuencia porque “nos olvidamos de aplicar crema; las orejas y la nuca sobre todo”.
Las otitis, en cambio, son procesos muy dolorosos que precisan atención de urgencia en aras de mitigar el dolor con analgesia y administrar antibióticos para detener su evolución. En cuanto al uso de tapones en el agua para prevenir su aparición, “no son eficaces, ya que difícilmente van a ocluir el conducto auditivo externo; es más, pueden dificultar la salida del agua”, explica la doctora Pérez y matiza que “hay tapones hechos a medida para cada niño que pueden funcionar; pero los comerciales no”.
Las otitis son procesos muy doloroso que precisan de atención de urgencia inmediata para mitigar el dolor
Para la especialista, las alergias tienen relación con la alimentación, “el control sobre lo que comemos baja en verano, pues las comidas fuera de casa se suceden. La señal de alerta más preocupante ante una alergia alimentaria es la dificultad respiratoria, que merece el desplazamiento inmediato del niño al servicio de urgencias de un hospital”. Los alimentos más frecuentemente implicados son el huevo y la leche de vaca, seguidos de frutas y frutos secos, que han aumentado de forma importante en la última década según la Asociación Española de Pediatría.
Y por último, pone el foco en las picaduras, afirmando que hay que tener en cuenta que las hay muy dolorosas, como las de las medusas. Son procesos molestos ya incómodos para los adultos; en los niños, conviene que acudan a urgencias “para tratar los efectos y que se sientan aliviados”, asegura la pediatra y también recomienda “el uso de escarpines en lugares donde se intuya que pueda existir peces araña, difíciles de apreciar porque se entierran en la arena y presentan una toxina en la espina que produce un dolor muy intenso”.