Existe un límite entre comer sano y hacer de la alimentación la principal preocupación de tu vida. El boom de la nutrición, unido a la proliferación de mensajes a través de las redes sociales sobre la importancia de una alimentación saludable, ha desencadenado la aparición de nuevos comportamientos alimentarios negativos para la salud. Es el caso de la ortorexia.
“La ortorexia no es un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) todavía reconocido. Es una tendencia a obsesionarse por comer alimentos los más saludables posibles”, señala el psicólogo sanitario especialista en conducta alimentaria y adicciones, Carlos Moratilla, en declaraciones a ConSalud.es.
El género femenino es el grupo con mayor riesgo de padecer ortorexia
Este hecho, que a priori parece adecuado y que se envuelve de salubridad, en realidad esconde un patrón de conducta, o de relación con la alimentación, muy rígido y obsesivo, pudiendo derivar en algo negativo. En cuanto a lo nutricional, “estos patrones pueden llevar a que la persona no ingiera los nutrientes necesarios”. En lo psicológico, “puede interferir de manera muy significativa, desde general el aislamiento social, hasta la depresión o la ansiedad”, apunta el especialista.
Pese a ser un comportamiento que puede afectar a cualquiera, en la actualidad, el género femenino es el grupo con mayor riesgo de padecerlo.
SEÑALES DE ALARMA
La detección precoz es, en todos los casos, fundamental. “Las alertas podrían saltar cuando estamos frente a personas que invierten mucho tiempo en elaborar dietas excesivamente saludables”, señala el psicólogo sanitario. Además, puede producirse una reducción de su actividad social, “existen casos donde los afectados dejan de salir con sus amigos, tienen miedo o se sienten incómodos al no saber si entre sus planes existe la posibilidad de ir a comer o cenar algún sitio donde él, no pueda acceder a ese tipo de alimentos que considera saludables”.
En estos casos, al igual que pasa con los trastornos de la conducta alimentaria, la parte psicológica es, para Carlos, “la más complicada de trabajar”. En consulta, a modo general, y sin olvidar que cada persona es única, “el objetivo es trabajar la flexibilidad en cuanto a la alimentación y a la relación que la persona tiene consigo misma”.
Otro de los puntos clave a tener en cuenta en este tipo de comportamientos son las recaídas. En este sentido, Moratilla advierte que, como en los TCA, “son procesos normales y naturales”. Pero, esto no quiere decir que ocurra siempre, “existe cierta vulnerabilidad, pero es reducible y más o menos controlable”, apunta. “No obstante, es muy importante destacar que de este tipo de obsesiones, se sale”, concluye el especialista.