Actualmente, son numerosas las compañías, países o sociedades que apuestan por políticas verdes o criterios ESG. Sin embargo, en un mundo cada vez más enfocado a preservar el medio ambiente y la salud de la población, contrastan ciertas industrias poderosas que están causando mala salud y mortalidad prematura en toda Europa y Asia central. Algunas de estas industrias incluso interfieren e influyen en los esfuerzos de prevención y control de enfermedades no transmisibles (ENT), como enfermedades cardiovasculares, cánceres y diabetes, y sus factores de riesgo, entre los que se incluyen el tabaco, el alcohol, las dietas poco saludables y la obesidad. Así ha quedado reflejado en un informe pionero publicado por la Oficina Regional de la OMS.
Este informe hace un llamamiento a los gobiernos a implementar mecanismos para identificar conflictos de intereses y proteger las políticas públicas de la interferencia de la industria. Así, el nuevo informe, “Determinantes comerciales de las enfermedades no transmisibles en la Región Europea de la OMS”, arroja luz sobre la amplia gama de tácticas que emplean las industrias para maximizar las ganancias y socavar la salud pública.
En concreto, cuatro productos corporativos (tabaco, alimentos ultraprocesados, combustibles fósiles y alcohol) causan 19 millones de muertes al año en todo el mundo, o el 34% de todas las muertes. Tan solo en la Región de Europa, estas industrias son total o parcialmente responsables de 2,7 millones de muertes al año. La consolidación de estos sectores industriales en un pequeño número de poderosas corporaciones trasnacionales ha permitido que ejerzan un poder significativo sobre los contextos políticos y legales en los que operan.
Dr. Hans Henri P. Kluge: “Cuatro industrias matan al menos a 7.000 personas cada día en nuestra Región"
“Cuatro industrias matan al menos a 7.000 personas cada día en nuestra Región. Las mismas grandes entidades comerciales bloquean regulaciones que protegerían al público de productos y marketing dañinos, y protegerían las políticas de salud de la interferencia de la industria”, expone el Dr. Hans Henri P. Kluge, Director Regional de la OMS para Europa. Entre las tácticas de la industria se incluyen la explotación de personas vulnerables a través de estrategias de marketing específicas.
De este modo, engañan a los consumidores, haciendo afirmaciones falsas sobre los beneficios de sus productos o sus credenciales ambientales. Además del peligro evidente que esto supone, “estas tácticas amenazan los avances en materia de salud pública del siglo pasado e impiden que los países alcancen sus objetivos de salud. La OMS Europa trabajará con los responsables de la formulación de políticas para fortalecer las tácticas de protección y reducción de la influencia dañina de la industria. Hoy proporcionamos pruebas indiscutibles de prácticas y productos comerciales nocivos y decimos: las personas deben tener prioridad sobre las ganancias, siempre”.
Las tácticas son prácticamente idénticas en diversos sectores, incluidos los combustibles fósiles, el tabaco, el alcohol, los alimentos y la carne, entre otros. Así, utilizan métodos abiertos y encubiertos para retrasar, disuadir y bloquear las políticas de ENT, como las medidas de control del tabaco y el etiquetado obligatorio de salud y nutrición para alimentos y productos alcohólicos. El informe documenta también algunas de las prácticas dañinas de la industria en torno al manejo de enfermedades, como la desigualdad en los precios, la disponibilidad de medicamentos contra el cáncer y la promoción de pruebas de detección no basadas en evidencia y no reguladas.
La falta de regulación de las prácticas dañinas de la industria ha permitido que el poder y la influencia comerciales crezcan mientras que la riqueza y el poder públicos han disminuido, perpetuando los daños a la salud causados por la industria y especialmente la carga de las ENT, que representan el 90% de las muertes en la Región de Europa. “Durante demasiado tiempo hemos considerado que los factores de riesgo están vinculados principalmente a decisiones individuales. Necesitamos replantear el problema como un problema sistémico, donde las políticas tienen que contrarrestar los 'entornos de hiperconsumo', restringir el marketing y detener la interferencia en la formulación de políticas”, añade el viceprimer ministro belga y ministro de Asuntos Sociales y Salud Pública, Frank Vandenbroucke.
Vandenbroucke: "Necesitamos replantear el problema como un problema sistémico, donde las políticas tienen que contrarrestar los 'entornos de hiperconsumo' y restringir el marketing”
El informe es una forma de llamar la atención de los 53 Estados miembros de la Región Europea para abordar la principal amenaza de las ENT, aplicando regulaciones más estrictas en áreas como la comercialización de productos nocivos para la salud, prácticas monopólicas, fiscalidad de las corporaciones multinacionales o seguridad laboral y condiciones laborales, entre otras. Por otro lado, también recomienda la necesidad de acuerdos comerciales que prioricen la salud pública y se den interpretaciones a las leyes económicas orientadas a la salud. De este modo se garantizará que la salud pública no siga perdiendo frente a medidas económicas estrechas y obsoletas. Aunque parezca un tema complejo, algunos países ya han tenido éxito pese a la fuerte oposición de la industria.
Por ejemplo, en Estonia, una coalición de socios de salud, incluidos dentistas, enfermeros y médicos, ayudó a promover la legislación para gravar las bebidas azucaradas. En Kirguistán, los consejos de mujeres desempeñaron un importante papel de promoción para lograr la adopción del control del tabaco. Por su parte, la movilización nacional e internacional de organizaciones de la sociedad civil ayudó a garantizar la aprobación de la legislación sobre el tabaco en Eslovenia. No obstante, aún queda mucho camino por recorrer para ayudar a los formuladores de políticas y a los grupos de interés público a contrarrestar el poder, los recursos y el lobby de la industria.