A principios de 2024, varios países notificaron un aumento de la presencia de Klebsiella pneumoniae hipervirulenta resistente a los carbapenémicos (hvKp). A raíz de esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una solicitud de información, y 16 de los 43 países que respondieron informaron de la presencia de la K. pneumoniae, 12 de los cuales también informaron de resistencia a los carbapenémicos. Ante esta situación, la OMS acaba de emitir una advertencia.
La evaluación también señaló el aumento de una cepa de HVKp, conocida como tipo de secuencia ST23, que es resistente a los antibióticos carbapenémicos, un grupo de medicamentos generalmente considerados como la última opción terapéutica. Doce países, incluidos Argentina, Australia, Canadá, India, Tailandia y el Reino Unido, han identificado específicamente la presencia de la cepa ST23.
Aunque la evaluación de la OMS ha clasificado el riesgo como moderado, el informe añade que, dadas las dificultades que supone diagnosticar la enfermedad y rastrear su propagación, puede haber una laguna en los datos sobre el número real de infecciones y hospitalizaciones. A diferencia de la neumonía clásica por K pneumoniae, que se desarrolla principalmente en pacientes hospitalizados, la HVKp infecta a personas sanas, a menudo con resultados graves o fatales.
Dadas las dificultades que supone diagnosticar la enfermedad y rastrear su propagación, puede haber una laguna en los datos sobre el número real de infecciones
¿QUÉ ES LA KLEBSIELLA?
La bacteria Klebisiella está presente en la flora intestinal de las personas, en el medio ambiente y en el intestino de otros seres vivos. Aunque dentro del intestino no debería suponer riesgos, el problema radica cuando sale de este lugar: si llega a otras partes del organismo humano, puede causar infecciones en heridas y en el tracto urinario, neumonía y sepsis. En caso de que no se controle la situación, estas infecciones pueden causar la muerte del enfermo.
La bacteria se transmite por contacto con la piel, mucosas, heces, heridas u orina de una persona infectada, además de por el contacto con materiales que han quedado contaminados como catéteres, sondas o ventilación asistida. Las personas bajas de defensas, como pacientes en cuidados intensivos o bebés prematuros, tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones por esta bacteria.
Además, esta bacteria provoca graves problemas debido a la dificultad de su tratamiento, pues es resistente a la mayor parte de los antibióticos. Generalmente, la virulencia de la bacteria depende de varios factores que pueden conducir a la infección y a la resistencia a los antibióticos, según indica la Organización Panamericana de la Salud. Durante las últimas décadas, se ha registrado un incremento en la adquisición de resistencia a una amplia gama de antibióticos por parte de cepas derivadas de la Kp ‘clásica’.
En concreto, se han identificado comúnmente dos tipos principales de resistencia a los antibióticos β-lactámicos: un mecanismo implica la expresión de β-lactamasas de espectro extendido (BLEE), que hacen que las bacterias sean resistentes a las penicilinas, cefalosporinas y monobactámicos. El otro mecanismo de resistencia es la expresión de carbapenemasas, que hace que las bacterias sean resistentes a todos los β-lactámicos disponibles, incluidos los carbapenémicos.
En los últimos años también se han identificado con mayor frecuencia cepas de Kp que pueden causar infecciones graves en personas sanas
Además, en los últimos años también se han identificado con mayor frecuencia cepas de Kp que pueden causar infecciones graves en personas sanas: se trata de cepas consideradas hipervirulentas (hv) en comparación con las cepas clásicas. Esto se debe a su capacidad para infectar tanto a poblaciones sanas como inmunocomprometidas, y a su mayor tendencia a producir infecciones invasivas. Esta virulencia adicional se correlaciona con la adquisición de un plásmido de virulencia de 200 a 220 kb que contiene genes que mejoran la producción de cápsulas y codifican sideróforos.
Así, la hvKp, es una variante virulenta de la cKp y puede llegar a causar infecciones invasivas que afectan ojos (endoftalmitis), pulmones y sistema nervioso central (meningitis), en individuos inmunocompetentes, provocando una elevada morbilidad y mortalidad. A diferencia de la mayoría de las infecciones causadas por cepas cKp, muchas infecciones por hvKp se originan en la comunidad, lo que sugiere que las cepas de hvKp circulan entre individuos sanos. Las cepas hvKp suelen asociarse a abscesos hepáticos piógenos, aunque también pueden causar neumonías, abscesos pulmonares y otros tipos de infecciones. Las infecciones causadas por cepas hvKp se han identificado principalmente en Taiwán y el sudeste asiático, y más recientemente se ha informado su propagación internacional en Norteamérica y Europa.