La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado su primera directriz clínica para el tratamiento del tabaquismo. Con esta guía se ha querido lanzar un conjunto de doce recomendaciones e intervenciones integrales para dejar de fumar desde diversos enfoques. “Esta directriz marca un hito crucial en nuestra batalla mundial contra estos productos peligrosos”, ha destacado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
No en vano, tal y como se destaca desde esta entidad, el tabaco mata a más de 8 millones de personas al año e impone una carga económica significativa en todo el mundo. Además, según estos datos, todavía hay 1.250 millones de personas que consumen tabaco en el mundo.
Para ello, las primeras medidas que se proponen van en la línea de ofrecer apoyo "conductual". Por ejemplo, la OMS recomienda que los profesionales sanitarios ofrezcan una serie de consejos durante las consultas a cualquier nivel asistencial para aquellos de sus pacientes que fuman. Estos deberían durar, matizan, entre 30 segundos y 3 minutos, y deben ser una "práctica habitual". También proponen un asesoramiento personal más intenso para aquellos de sus pacientes que hayan expresado su voluntad de dejar de fumar.
Las primeras medidas que se proponen van en la línea de ofrecer apoyo "conductual"
También se propone la puesta en marcha de acciones en el ámbito digital, como podrían ser el envío de mensajes de texto a los pacientes, aplicaciones para el teléfono o incluso Inteligencia Artificial (IA). Por el lado de las intervenciones farmacológicas, vemos que se recomiendan opciones como la vareniclina, la terapia de reemplazo de nicotina (NRT), el bupropión y la citisina2.
Esta guía también ofrece opciones de terapia para aquellas personas que fuman tabaco sin humo. En este caso, se recomienda proporcionar intervenciones intensivas de apoyo conductual. En este caso también se ofrece la opción de usar la vareniclina como tratamiento. En cualquier caso, dentro de este tipo de tabaco y también con el tabaco convencional, la recomendación general es la de combinar la intervención conductual al mismo tiempo que la farmacológica.
En cuanto a las terapias alternativas, si bien la entidad reconoce que no se dispone de evidencia científica suficiente, se insta a ofrecer una terapia farmacológica al mismo tiempo, para que los profesionales se aseguren de que las personas que quieran dejar de fumar tengan todas las herramientas necesarias.
También se propone la puesta en marcha de acciones en el ámbito digital
Finalmente, las últimas recomendaciones de la organización sanitaria tienen que ver con las políticassanitarias que deberían poner en marcha los países, y las intervenciones que se realizan dentro de los sistemas sanitarios nacionales con las personas que quieren dejar el hábito.
En primer lugar, la entidad recomendaría que todos los centros sanitarios incluyan en sus registros médicos si el paciente fuma o no y si se ha sometido a alguna intervención para dejar de fumar o está en el proceso de una de ellas. Igualmente, y para mejorar la atención, se pide una mayor formación de los profesionales sanitarios.
La OMS también hace hincapié en que los sistemas sanitarios de los países ofrezcan las intervenciones que tengan que ver con dejar de fumar de manera gratuita o con un coste muy reducido para los pacientes, pues "es necesario reducir las barreras para poder aumentar el número de personas que acceden a estos tratamientos.