La OCDE evidencia la relación entre desigualdades socioeconómicas y riesgos para la salud en España

La OCDE ha confirmado en su nuevo informe sobre salud y sanidad en España que el tabaco es una de las mayores causas de muerte en nuestro país

Malos hábitos (Foto: Freepik)
18 diciembre 2023 | 17:45 h
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La OCDE ha confirmado en su nuevo informe sobre salud y sanidad en España que el tabaco es una de las mayores causas de muerte en nuestro país y que factores de riesgo como este prevalecen más en personas con bajo nivel socioeconómico. “Aproximadamente un tercio (31%) de todas las muertes en España en 2019 se pueden atribuir a factores de riesgo conductuales, incluido el tabaquismo, los riesgos dietéticos y el alcohol”, explica la OCDE. Pese a que esta cifra sigue siendo menor que la media de la UE (39%), los datos son muy llamativos.

Concretamente, el consumo de tabaco supone en España hasta el 16% de muertes atribuibles. Igualmente, los riesgos asociados a la dieta suponen un 10%, cifra bastante reducida si la comparamos con la media de la UE, donde se llega al 17%. El alcohol también alcanza un porcentaje considerable del 5%, mientras que la poca actividad física supone un 2%. Cabe destacar además otro de los riesgos que se han incorporado dentro de este grupo: la contaminación del aire. Los efectos adversos del cambio climático y sus casos tienen un impacto directo en nuestra salud. Tanto es así que, en el 2019, llegaron a morir 11.000 personas por las partículas contaminantes en el aire, un 3% del total de muertes.

“Las tasas de tabaquismo se mantienen altas en España”, confirma la entidad. A pesar de que se ha producido una disminución gradual en el número de adultos fumadores en España durante la última década, la tasa de tabaquismo sigue siendo relativamente alta: uno de cada cinco adultos fumaron diariamente en 2020 según estos datos. En el caso de las personas fumadoras, vemos además que se produce una brecha de género. Concretamente, el 23% de los hombres y el 16,5% de las mujeres informaron fumar diariamente. Pero uno de los datos más preocupantes es el de los más jóvenes, puesto que hasta un 15% declaró que fumó, al menos ocasionalmente, durante el 2022.

Hasta un 15% de los jóvenes de 15 años declaró que fumó, al menos ocasionalmente, durante el 2022

Además, en cuanto al consumo de alcohol, sí que vemos que ha aumentado con respecto al 2010, y en estos momentos es mayor que en muchos países de la UE, estando incluso ligeramente por encima de la media global de la Unión. Si bien el consumo aumenta, cabe destacar que el consumo “excesivo” (seis o más bebidas alcohólicas en una misma ocasión) sí que es más bajo que en otros países. Por ejemplo, un 6% de los adultos en España informó de que bebía en exceso con regularidad. Este porcentaje es el tercero más bajo de la UE, siendo la media europea de un 18,5%. Nuevamente preocupan los datos en los más jóvenes. En este caso, uno de cada cuatro jóvenes de 15 años (el 24%) declaró el año pasado haberse emborrachado más de una vez en su vida. En este caso la proporción media de la UE es del 18%, por lo que vemos que nuestros jóvenes se emborrachan mucho más que en el resto de países.

En cuanto a los datos de sobrepeso, vemos que en el año 2019 el 15,4% de los adultos españoles fueron clasificados como obesos, siguiendo la línea media de la UE. En el caso de los jóvenes, se mantienen bastante por debajo de la media con un 18,5%. La OCDE explica que los hábitos poco saludables pueden ser los que explican estas cifras, dado que el consumo de vegetales por parte de los jóvenes ha sido bajo en el 2022. Uno de los datos más interesantes que aporta la entidad es el porqué de estas cifras de hábitos de riesgo para la salud. La respuesta es clara: la desigualdad.

En este sentido, observamos que los factores de riesgo que hemos descrito son más comunes en las personas con bajos ingresos obajo nivel educativo. Según estos datos, en 2019 el 21% de los adultos con bajo nivel educativo fumaban diariamente mientras que el porcentaje de quienes tenían un alto nivel educativo sólo llegaba al 16%. Pero esta situación se repite además en los casos de obesidad, en los que vemos también una gran diferencia: un 20% frente a un 10%. Las diferencias en el nivel educativo también se reflejan en el consumo de frutas y verduras. Por ello, “esta mayor prevalencia de factores de riesgo entre las personas con menor nivel educativo contribuye a las desigualdades en salud y esperanza de vida”, se destaca.

SALUD EN ESPAÑA

La OCDE también ha hecho un repaso sobre la salud de los españoles, en el que destaca que nuestra esperanza de vida, si bien disminuyó durante el año de la pandemia, es la más alta de Europa. Concretamente, la esperanza de vida al nacer en España es de 83,2 años, más de dos años por encima de la media. En cuanto a la brecha de género en la esperanza de vida, vemos cifras similares a las de la unión: las mujeres tienden a vivir 5,5 años más que los hombres. De hecho, estos datos reflejan también que la pandemia tuvo más impacto en los hombres que en las mujeres.

El nivel socioeconómico también juega un papel clave en la esperanza de vida. No en vano, la diferencia en la esperanza de vida entre los hombres con los niveles más altos y más bajos de educación a la edad de 30 años, es de cuatro años aproximadamente. Esta situación “es el resultado de una interacción compleja de factores ambientales, sociales y económicos”. Dado que las personas con menos recursos incurren en más conductas de riesgo, su esperanza de vida se ve también mermada.

Finalmente, en cuanto a la mortalidad, el informe estima que, en el año 2020 murieron en España un total 493.776 personas. Dado que se trata del año de la pandemia, 15,2% de las muertes se atribuyen al coronavirus. No obstante, las más numerosas fueron las relacionadas con el sistema circulatorio (24,3%), seguidas del cáncer (22%). En este caso en concreto, la OCDE destaca la gran prevalencia del cáncer de pulmón, que fue el más frecuente con un 4,4%.

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