El sobrepeso y la obesidad son fácilmente asociados en el imaginario común al desarrollo de enfermedades cardiovasculares o la diabetes, pero lo que muchas personas desconocen es que estos dos problemas de salud se han vinculado con un mayor riesgo de desarrollar hasta 13 tipos de cáncer.
De acuerdo con la evidencia científica recopilada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), el sobrepeso y la obesidad se vinculan con un mayor riesgo de padecer adenocarcinoma de esófago, cáncer de mama (en mujeres que ya han superado la menopausia), cáncer de colon y recto, cáncer de útero, cáncer de vesícula, cáncer de riñones, cáncer de hígado, cáncer de ovario, cáncer de páncreas, cáncer de tiroides, meningioma (tipo de cáncer cerebral) y mieloma múltiple.
La obesidad está asociada con peores resultados entre los pacientes con cáncer, especialmente en aquellos con cáncer de mama, vejiga, colorrectal, próstata el hígado. La evidencia sugiere que la pérdida intencionada de peso parece reducir el riesgo de ciertos cánceres relacionados con la obesidad.
Aunque las vías biológicas que subyacen en la relación entre la obesidad y el cáncer no se comprenden completamente, probablemente impliquen una desregulación de las hormonas como los estrógenos o la insulina, así como una inflamación crónica de las vías inmunitarias.
Un reciente informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el sobrepeso y la obesidad advierte de que en Europa, la obesidad es directamente responsable de, al menos, 200.000 nuevos casos de cáncer cada año. Una cifra que continuará incrementándose en los próximos años.
El documento estima que, en algunas regiones del continente, la obesidad superará al tabaquismo como principal factor de riesgo prevenible de cáncer en las próximas décadas.
Los estudios genéticos también respaldan una relación causal entre la obesidad y el riesgo a la hora de padecer ciertos tipos de cáncer. Los estudios que se están realizando sobre el genoma del ser humano están arrojando información sobre la identificación de determinados genes que guardarían una fuerte relación con la obesidad y los polimorfismos de un solo nucleótido, que comprenden estas variantes genéticas que se han investigado en relación con diferentes criterios de valoración del cáncer.
Un análisis de 82 estudios sugiere un aumento del 35% en la mortalidad relacionada con el cáncer de mama y del 41% en la mortalidad por todas las causas en mujeres con cáncer de mana afectadas por la obesidad. De manera similar sucede con el cáncer de hígado, vejiga o próstata
En términos de supervivencia, las mejoras experimentadas en los últimos años en el tratamiento del cáncer y la detección temprana de algunos tipos han aumentado las tasas de supervivencia a nivel global. El informe señala que se estima que en Europa hay más de 12 millones de supervivientes al cáncer, muchos de cuales tienen obesidad. Aunque es necesario destacar que los estudios indican que las personas que tienen sobrepeso u obesidad en algún momento desde el diagnóstico del cáncer en adelante, tienen peores pronósticos.
Un análisis de 82 estudios sugiere un aumento del 35% en la mortalidad relacionada con el cáncer de mama y del 41% en la mortalidad por todas las causas en mujeres con cáncer de mana afectadas por la obesidad. De manera similar sucede con el cáncer de hígado, vejiga o próstata.
Un ensayo de intervención dietética a gran escala desarrollado con mujeres con cáncer de mama en etapa temprana ha hallado cierta correlación entre aquellas que bajaron su peso y las que tenían un menor riesgo de recurrencia del cáncer de mama. Especialmente, para los tumores de mama con receptores de estrógeno negativos.
“Actualmente, ningún ensayo ha demostrado el efecto de la pérdida de peso intencional sobre la supervivencia después de un diagnóstico de cáncer”, establece el informe de la OMS.
En base a o expuesto, el vínculo establecido entre la obesidad y ciertos tipos de cáncer plantea una serie de cuestiones importantes sobre la prevención y el control del cáncer. Mantener un peso saludable es un paso obvio y necesario para reducir los riesgos potenciales de los cánceres relacionados con el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, los determinantes de la obesidad son complejos y multifacéticos, lo que plantea un abordaje desde un enfoque multinivel para combatir la epidemia mundial que es ya la obesidad.
Los cambios en los comportamientos a nivel individual y como sociedad no solo son recomendables, sino que se erigen como fundamentales. Cada vez son más los países que están desarrollando e implementando estrategias de salud pública orientadas a reducir la obesidad mediante la promoción de hábitos saludables, así como focalizadas en reducir el consumo de alimentos perjudiciales como los que contienen altos contenidos en grasas, azúcares o sal.
Es por esto que la comunidad científica aboga por ahondar en una mejor comprensión del vínculo subyacente entre la obesidad y el cáncer. De esta forma se podrían brindar oportunidades para adaptar las estrategias o terapias preventivas específicas, especialmente en los grupos de población más vulnerables.