Un equipo de investigadores, entre los cuales se encuentra el estudiante de doctorado del Grupo de Ingenieria Biomédica y Telemedicina de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Miguel Ángel Armengol de la Hoz, que actualmente trabaja como investigador senior asociado en la Harvard Medical School y en el MIT, ha apuntado que la obesidad tiene consecuencias a la hora de evaluar la gravedad de los pacientes cuando estos ingresan en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital.
“La obesidad está significativamente sobrerrepresentada en la UCI, donde comprende aproximadamente un tercio de los pacientes en comparación con la prevalencia del 20% de sobrepeso u obesidad en todo el mundo”, ha explicado Armengol, añadiendo que los pacientes obesos tienen un mayor riesgo de verse clasificados erróneamente en cuanto a su "score" cuando ingresan en la UCI.
Los "scores" de gravedad en el momento del ingreso podía estar condicionados en los pacientes con sobrepeso
Aunque ya existían estudios previos sobre las tasas de mortalidad y el tiempo de estancia en la UCI para los pacientes obesos, los cuales son ligeramente mayores (a igual edad, gravedad en el ingreso y estancia en la UCI), hasta ahora no se había tenido en cuenta que los "scores" de gravedad en el momento del ingreso podía estar condicionados en los pacientes con sobrepeso.
El estudio recoge que entre los pacientes con una clasificación similar, se detectaron “desviaciones clínicamente pequeñas pero significativas” en el recuento de glóbulos blancos, la creatinina y el nitrógeno ureico en sangre. “Estas variaciones se dan ya en los valores de partida de los pacientes obesos en contraste con los de los pacientes con índices de masa corporal normales, lo que puede condicionar la clasificación de su gravedad a través del "score" cuando ingresan en las unidades de cuidados intensivos”, ha afirmado Armengol.
La importancia de la investigación, que ha sido publicada en la revista Critical Care Medicine, radica, según explican los expertos, en que la mera consciencia de que los valores de partida puedan estar alterados, contribuye a mejorar la objetividad, precisión y generalidad de los modelos de predicción de mortalidad y ajuste de la gravedad en la UCI.