La evidencia científica sobre la relación entre el sobrepeso y la obesidad en adultos y el desarrollo de enfermedad renal crónica (ERC), es consistente, pero los datos que se tienen sobre cómo esta condición puede actuar como factor de riesgo en niños, es aún limitada. Un reciente estudio, cuyos resultados han sido publicados en PLOS Medicine, ha evaluado si las trayectorias del índice de masa corporal (IMC) infantil están asociadas con un mayor riesgo de desarrollo de enfermedad renal crónica en la edad adulta.
La carga de la enfermedad renal crónica está aumentando en todo el mundo debido al envejecimiento de la población, así como al incremento de la prevalencia de los factores de riesgo para la enfermedad renal crónica. Las estimaciones indican que, en el año 2017, 697,5 millones de personas tenían enfermedad renal crónica. Una cifra que se traduce en una prevalencia global del 9,1%. Ese año la ERC acabó con la vida de 1,2 millones de personas. Aunque la enfermedad renal crónica está reconocida como un importante problema de salud pública a nivel global, la conciencia sobre la enfermedad continúa siendo baja entre la población general y los proveedores de atención médica.
Los responsables de este trabajo trabajaron con una muestra de 151.506 niños y 148.590 niñas incluidos en el Registro de Salud Escolar de Copenhague (Dinamarca), nacidos entre 1930 y 1987. Este registro contaba con información sobre el peso y la talla de los niños desde los seis a los 15 años de edad. La enfermedad renal crónica suele ser más común en mujeres, pero presenta una mayor gravedad en los hombres.
Entre los principales factores de riesgo para el desarrollo de ERC destacan la diabetes y la hipertensión, especialmente en los países de altos ingresos
Durante un tiempo medio de seguimiento de 30,8 años, 5.968 hombres y 3.903 mujeres desarrollaron enfermedad renal crónica, y 977 hombres y 543 mujeres desarrollaron enfermedad renal crónica terminal. Para ambos sexos las tasas de ERC y ERC terminal aumentaron significativamente con trayectorias de IMC infantil más altas, en comparación con la trayectoria de IMC promedio y por debajo de la media.
Entre los principales factores de riesgo para el desarrollo de ERC destacan la diabetes y la hipertensión, especialmente en los países de altos ingresos. Motivo por el que el estudio también ha analizado el papel de la diabetes. “Cuando se incluyó la diabetes tipo 2, la mayoría de las asociaciones fueron significativas, particularmente con la enfermedad renal crónica, lo que enfatiza la información potencial que proporciona la aparición temprana de patrones de crecimiento de IMC por encima del promedio, en relación con la ERC en adultos más allá de la información proporcionada por el desarrollo de la diabetes tipo 2”, exponen los autores.
Los hombres y las mujeres con trayectorias de IMC infantil por encima del promedio tenían tasas más altas de ERC en comparación con las personas con trayectoria de IMC infantil dentro de la media, incluso cuando se incluyeron el desarrollo y la duración de la diabetes tipo 2 adulta en los análisis. Aunque se observaron asociaciones similares para la enfermedad renal crónica terminal, al incluir la diabetes tipo 2, estas solo fueron estadísticamente significativas entre las mujeres pero no entre los hombres.
Además, el sobrepeso en edades infantiles se asoció con tasas más altas de ERC y ERC terminal en comparación con el peso normal infantil. Cuando se incluyó la diabetes tipo 2 en estos análisis, las asociaciones con ERC terminal solo fueron estadísticamente significativas entre las mujeres