El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha presentado hoy los resultados del Estudio ALADINO 2019 sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España. El informe revela que, en España, el 23,2% de niños y niñas de familias con rentas inferiores a 18.000 euros brutos anuales sufre obesidad. La cifra cae al 11,9% en el caso de familias con rentas superiores a 30.000 euros.
Alberto Garzón ha señalado que la obesidad “es un problema de salud que tiene una causa social” toda vez que afecta a uno de cada cuatro escolares con rentas bajas en España. Los datos “son contundentes” ha reconocido el ministro en una rueda de prensa donde ha estado acompañado de la directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Marta García Pérez y del presidente del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, Fernando Rodríguez Artalejo.
El estudio ALADINO, relativo a niños y niñas de entre 6 y 9 años, refleja que un 58,5% de escolares se sitúa en valores de normopeso mientras que el 0,9% sufre delgadez y el 40,6% tiene exceso de peso. De los niños y niñas con exceso de peso, el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad.
El estudio refleja que un 58,5% de escolares se sitúa en valores de normopeso
Del análisis por categorías sociales se desprende que las familias con ingresos inferiores a 18.000 euros y cuyos progenitores no tienen estudios superiores ni trabajo remunerado conforman el colectivo más vulnerable al exceso de peso. Una de las causas es que estos niños y niñas tienen peores hábitos alimentarios: acuden más a establecimientos del tipo fast food, toman menos fruta diaria y consumen golosinas con más frecuencia.
Por contra, los menores de familias con rentas superiores a 30.000 euros con estudios universitarios presentan una mayor adherencia a la dieta mediterránea, con un consumo diario de frutas, verduras, legumbres y pescado y donde el aceite de elección es el de oliva.
De otro lado, el estudio muestra que los progenitores de los menores con exceso de peso, que incluye tanto a quienes tienen sobrepeso como a quienes tienen obesidad, no perciben el problema y frecuentemente consideran su peso como normal o sólo como ligero sobrepeso. El 88,6% de los padres de escolares con sobrepeso no lo perciben como tal. La cifra se sitúa en un 42,7% cuando se trata de obesidad y en el 19,1% cuando el niño o niña sufre obesidad severa.
En cuanto a la calidad de su alimentación, el informe detalla que un 76,2% de los escolares ha de mejorarla. Aunque ha aumentado el consumo de fruta respecto a años anteriores, solo un 20,1% de los escolares la consume habitualmente en el desayuno, mientras que los alimentos que deberían ser ocasionales tales como galletas, pasteles, bollería, batidos, néctares y golosinas se consumen incluso cuatro o más veces por semana, en un porcentaje no desdeñable de escolares.
OCIO SEDENTARIO
ALADINO 2019 pone de relieve que el ocio cada vez es más sedentario, especialmente en niños. Se constata un aumento notable del porcentaje de niños que dedican más de tres horas diarias a ocio sedentario como es el consumo de televisión o consolas. El porcentaje de niñas que practican horas de actividad física aumenta ligeramente, pero sigue por debajo que el de niños, que no ha mejorado respecto a ediciones anteriores del informe (2011 y 2015).
ANÁLISIS DE LAS CAUSAS
La AESAN junto al Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil van a iniciar un plan conjunto para analizar los datos obtenidos en el informe ALADINO 2019. Así lo ha anunciado Garzón, que considera que, en el diseño de políticas públicas de Consumo, “vamos a ir un paso más allá”. Consumo y el Alto Comisionado impulsarán un protocolo para el análisis de los factores socioeconómicos y su impacto en la situación de obesidad o sobrepeso
LÍNEAS DE TRABAJO
Garzón ha pedido“no cerrar los ojos a la evidencia porque la malnutrición y el exceso de peso tienen un fuerte componente de clase social que, de no ser tenido muy en cuenta, nos llevaría a desplegar políticas no todo lo eficaces que nos gustaría”.
Así, ha señalado que la intención del Ministerio de Consumo es “poner todos sus esfuerzos a disposición para, junto a la AESAN y al Alto Comisionado, emprender las necesarias políticas que mejoren la vida de las personas y, especialmente, las más vulnerables, nuestros escolares”.
Garzón pide “no cerrar los ojos a la evidencia” porque “la malnutrición y el exceso de peso” tienen un “fuerte componente de clase social”
El ministro ha anunciado además que va a iniciar una ronda de reuniones con asociaciones, entidades y personalidades que luchan contra la pobreza infantil, toda vez que ha concluido el plazo de exposición pública para la legislación de la figura del “consumidor vulnerable”.
De otro lado, Garzón ha recordado que el Ministerio de Consumo trabaja ya para implantar el etiquetado frontal de productos con el sistema NutriScore, gravar a las bebidas azucaradas, mejorar la alimentación en los colegios y limitar la publicidad de alimentos sin un buen perfil nutricional enfocada a un público infantil, entre otras iniciativas