La obesidad es una problemática cuya prevalencia ha ido aumentando en España de forma alarmante, de modo que en torno al 23% de la población adulta la padece, y las tasas de obesidad infantil suponen las más altas de Europa. Por ello, 14 sociedades científicas se han unido para aportar herramientas que transformen el abordaje de la obesidad en España, creando la “Guía GIRO: guía española del manejo integral y multidisciplinar de la obesidad en personas adultas”.
Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se celebra el 4 de marzo, se ha presentado oficialmente la Guía, que se fundamenta sobre cuatro pilares básicos. Dichos pilares son el abordaje de la obesidad como una enfermedad crónica y compleja, el poner el foco en las causas del problema y dejar de estigmatizar al paciente, el plantear un enfoque holístico y el empoderar al paciente para que participe en el manejo y tratamiento de su enfermedad.
Un aspecto diferencial e innovador de esta iniciativa es que se adapta al contexto español. “Aunque está inspirada en la Guía de Práctica Clínica (GPC) canadiense, de referencia mundial, hemos dado un paso más allá y hemos conceptualizado y elaborado una GPC nacional adaptada a nuestro país para el manejo integral de la obesidad en la edad adulta”, resalta la Dra. María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).
María del Mar Malagón: "Hemos dado un paso más allá y hemos conceptualizado y elaborado una GPC nacional adaptada a nuestro país para el manejo integral de la obesidad en la edad adulta”
La Guía GIRO anima a trabajar desde múltiples frentes para conseguir un cambio de paradigma que permita abordar la obesidad como una enfermedad crónica y multifactorial en la que intervienen factores más allá del peso corporal. Así, pone el foco en las causas subyacentes y factores contribuyentes de la obesidad.
En total, se aportan hasta 131 recomendaciones, entre ellas la de empezar a hablar de “obesidades” y ser capaces de visualizar a cada paciente de manera individualizada, permitiendo introducir la medicina personalizada en los algoritmos de manejo de la obesidad. Además, se insiste en superar quela obesidad no es una enfermedad moral, no es un vicio del paciente, que tener obesidad no se elige.
A su vez, este documento tiene también uncarácter reivindicativo. Y es que, según el Dr. Ignacio Bernabéu, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), “promueve la equidad al reclamar el acceso a los tratamientos disponibles, en condiciones de financiación pública como en otras enfermedades crónicas, para aquellos pacientes con enfermedad más grave (obesidad con daño establecido en un órgano terminal)”. En este sentido, se exige un pacto de estado contra la obesidad centrado en cuatro retos: preventivo, diagnóstico, terapéutico y de seguimiento.
Por otro lado, la Guía destaca la función multidisciplinar de los profesionales que trabajan en Atención Primaria para diagnosticar y tratar la enfermedad, que cuenta con numerosas comorbilidades asociadas a las enfermedades cardiovasculares. “La obesidad se asocia también a ciertos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, dislipemia, así como a enfermedades respiratorias, digestivas, articulares, de la salud mental y reproductiva”, indica el Dr. José Manuel Fernández García, coordinador del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Ignacio Bernabéu: “La Guía promueve la equidad al reclamar el acceso a los tratamientos disponibles, en condiciones de financiación pública como en otras enfermedades crónicas"
Todas estas patologías merman la calidad de vida del paciente y, en este contexto, el médico de Familia aporta valor por su continuidad de cuidados, conocimiento del medio familiar y capacitación en el diagnóstico y tratamiento en las distintas áreas de la enfermedad. Por eso, como coinciden en destacar las tres sociedades científicas de Atención Primaria que participan en este documento, el médico de Familia debe estar capacitado para valorar la continuidad asistencial con los profesionales hospitalarios y con los propios profesionales que trabajan en Atención Primaria.
El desarrollo de la Guía se ha estructurado en dos fases, de modo que en la primera se ha revisado la evidencia más destacada para redactar las recomendaciones, mientras que en la segunda se han elaborado dichas recomendaciones. En total, el documento se subdivide en cinco grandes bloques, que abordan el reconocimiento de la obesidad como enfermedad crónica o su evaluación.