En el marco de la visita al Ministerio de Sanidad de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, el secretario de Estado, Javier Padilla, ha presentado este miércoles el informe “Perspectivas del VIH y Salud Sexual en España”. En el acto ha participado también el Dr. Jaime García Iglesias, autor principal del informe y académico de la Universidad de Edimburgo.
El documento revela que España ha experimentado avances significativos, en los últimos años, en la lucha contra el VIH, logrando reducir los nuevos diagnósticos y alcanzar los objetivos 90-90-90 para 2020 y está avanzando hacia los objetivos 95-95-95 para 2025. Sin embargo, el panorama de la salud sexual en el país presenta desafíos importantes. Se observa, por ejemplo, un preocupante aumento de otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), además de persistir desigualdades en el acceso a la salud para grupos vulnerables como los hombres migrantes GBHSH, las personas trans y las que envejecen con VIH, que se enfrentan a barreras legales, culturales y de acceso al sistema sanitario.
En el ámbito político y comunitario, se observa una creciente politización de la salud sexual y una falta de interés en el VIH en la agenda política, lo que ha debilitado las respuestas institucionales
La sexualidad en España, resalta el estudio, está en transformación, marcada por la "búsqueda del placer y la disminución del miedo al VIH", impulsada por la PrEP y las apps de citas. No obstante, esta transformación también trae consigo nuevos retos como el chemsex y la soledad, especialmente entre hombres GBHSH.
En relación con el sistema de salud y su enfoque biomédico predominante, el Dr. García Iglesias cree que ha sido efectivo en mejorar la supervivencia de las personas con VIH, pero no aborda las dimensiones emocionales, psicológicas y sociales de la salud sexual. La atención se encuentra fragmentada y descoordinada, y existe una falta de formación adecuada del personal sanitario, para integrar todas estas dimensiones.
Se identifica una crisis sociocultural que subyace a muchos de los problemas de salud sexual, incluyendo la falta de espacios de diálogo y la necesidad de una educación sexual integral que aborde el placer o el consentimiento
En el ámbito político y comunitario, se observa una creciente politización de la salud sexual y una falta de interés en el VIH en la agenda política, lo que ha debilitado las respuestas institucionales. Las organizaciones comunitarias, a pesar de su papel crucial en la atención a las personas con VIH, se encuentran sobrecargadas y con falta de recursos.
Finalmente, se identifica una crisis sociocultural que subyace a muchos de los problemas de salud sexual, incluyendo la falta de espacios de diálogo y la necesidad de una educación sexual integral que aborde el placer, el consentimiento y una visión positiva de la sexualidad.
Asimismo, se apuntan en el informe una serie de recomendaciones en diferentes ámbitos: en investigación, profundizar en las causas del aumento de las ITS y del chemsex, así como en las necesidades específicas de los grupos vulnerables; en acceso a la salud, facilitar el acceso de los migrantes al sistema de salud y la PrEP, y desarrollar intervenciones que aborden las necesidades de las personas que envejecen con VIH; en la atención integral, promover un enfoque holístico de la salud sexual que incluya las dimensiones emocionales, psicológicas y sociales, y mejorar la formación del personal sanitario; en el fortalecimiento comunitario, aumentar la financiación de las organizaciones comunitarias, fortalecer su participación en la formulación de políticas y mejorar la coordinación entre el tercer sector y las instituciones públicas; en educación sexual, desarrollar una educación sexual integral que incluya el placer, el consentimiento y una visión positiva de la sexualidad; y en colaboración interdisciplinaria, fomentar la colaboración entre diferentes disciplinas, incluyendo la salud, lo social, lo cultural y lo político, para abordar los desafíos de la salud sexual de manera más efectiva.