Ya se conocía que 1 de cada 10 personas en el mundo padece insuficiencia renal crónica, pero el informe The Global Kidney Health Atlas, presentado en el Congreso Mundial de Nefrología que se celebra en México D.F. y publicado en JAMA(Journal of the American Medical Association) , pone en evidencia las grandes deficiencias en la prevención y atención de las patologías renales que existen tanto en países desarrollado como en países en vías de desarrollo, muchos de los cuales no priorizan la salud renal. Con este motivo, y fruto también de este informe, se publica en The Lancet un protocolo de actuación para mejorar su atención.
13% DE PREVALENCIA EN ESPAÑA
Entre los países con ingresos altos, Arabia Saudí y Bélgica tienen la prevalencia estimada de ERC más elevada (24%), seguidos por Polonia (18%), Alemania (17%), Reino Unido y Singapur (16%). Noruega y los Países Bajos tienen la prevalencia más baja con un 5%. En Estados Unidos la prevalencia se estima en un 14% mientras que en Canadá y Australia es del 13%, al igual que en España.
Si no se trata, la patología se convierte en factor de riesgo importante para el fallo renal y en consecuencia para enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte. En otros pacientes se puede llegar a un estadio de enfermedad renal terminal, en cuyo caso los riñones dejan de funcionar, lo que conlleva necesitar diálisis o trasplante de riñón en los países ricos, o muerte prematura en aquellos países donde no hay acceso a estos tratamientos. A nivel mundial, se estima que cada año muere un millón de personas por insuficiencia renal no tratada. Además, las personas que padecen ERC son hasta 20 veces más propensas de morir por otras causas (sobre todo por enfermedades cardiovasculares como infarto o derrame cerebral) antes de que lleguen a recibir diálisis o un trasplante.
"Ser diagnosticado con insuficiencia renal no significa que se necesite un trasplante o diálisis, pero es indicativo de que se está en riesgo de más problemas de salud, incluidas enfermedades del corazón, derrames cerebrales e infecciones" apunta Adeera Levin, presidenta de la ISN, responsable del informe, y profesora de Medicina en la Universidad de British Columbia, en Vancouver (Canadá) . "Los pacientes en las primeras fases de la ERC pueden ser tratados con medicamentos, dieta y ejercicio para reducir la presión arterial y mantener así una buena calidad de vida. Por lo tanto, es fundamental que en todos los países se mejoren las tasas de diagnóstico y los tratamientos. Sin embargo, nuestro informe muestra que, tanto en países pobres como ricos, muchos gobiernos no están haciendo de la enfermedad renal una prioridad, lo que conlleva a unos costes enormes a la hora de tratar pacientes con insuficiencia renal terminal, junto con el efecto devastador para estos y sus familiares", explica Levin.
Para María Dolores del Pino, presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), aunque ciertamente "hemos mejorado en los últimos años en los protocolos de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad los esfuerzos realizados no son suficientes". Para del Pino, "Se trata de hacer mucha más prevención y detección precoz en población con factores de riesgo, pero también de hacer ver a la población general que los riñones tienen que durarnos toda la vida y que igual que nos preocupamos por el nivel de colesterol, y tomamos medidas para su control, tenemos que medir también el nivel de salud de nuestros riñones y evitar aquellos hábitos más perjudiciales para la misma".
Para revertir esta situación, la SEN ha puesto en marcha recientemente Código Riñón, una iniciativa presentada recientemente a las Comisiones de Salud del Congreso y del Senado, para lograr una acción decidida de concienciación y prevención de administradores públicos y profesionales en torno a la salud renal.
FACTOR DE RIESGO
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
El informe pone en evidencia las grandes deficiencias en la prevención y atención de las patologías renales
Los riñones son órganos vitales encargados de la excreción de sustancias de desecho, el exceso de agua y el control de la acidez de nuestra sangre. La enfermedad renal crónica (ERC) es la pérdida gradual de los riñones para desempeñar sus funciones esenciales y puede ser causada por presión arterial alta, diabetes, obesidad, tabaquismo y otros factores de riesgo. Una de cada tres personas en la población general tiene mayor riesgo de padecer ERC y aunque se calcula que el 10% de la población mundial la padece, se estima que 9 de cada 10 no son conscientes de su enfermedad. 13% DE PREVALENCIA EN ESPAÑA
Entre los países con ingresos altos, Arabia Saudí y Bélgica tienen la prevalencia estimada de ERC más elevada (24%), seguidos por Polonia (18%), Alemania (17%), Reino Unido y Singapur (16%). Noruega y los Países Bajos tienen la prevalencia más baja con un 5%. En Estados Unidos la prevalencia se estima en un 14% mientras que en Canadá y Australia es del 13%, al igual que en España.
Si no se trata, la patología se convierte en factor de riesgo importante para el fallo renal y en consecuencia para enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte. En otros pacientes se puede llegar a un estadio de enfermedad renal terminal, en cuyo caso los riñones dejan de funcionar, lo que conlleva necesitar diálisis o trasplante de riñón en los países ricos, o muerte prematura en aquellos países donde no hay acceso a estos tratamientos. A nivel mundial, se estima que cada año muere un millón de personas por insuficiencia renal no tratada. Además, las personas que padecen ERC son hasta 20 veces más propensas de morir por otras causas (sobre todo por enfermedades cardiovasculares como infarto o derrame cerebral) antes de que lleguen a recibir diálisis o un trasplante.
"Ser diagnosticado con insuficiencia renal no significa que se necesite un trasplante o diálisis, pero es indicativo de que se está en riesgo de más problemas de salud, incluidas enfermedades del corazón, derrames cerebrales e infecciones" apunta Adeera Levin, presidenta de la ISN, responsable del informe, y profesora de Medicina en la Universidad de British Columbia, en Vancouver (Canadá) . "Los pacientes en las primeras fases de la ERC pueden ser tratados con medicamentos, dieta y ejercicio para reducir la presión arterial y mantener así una buena calidad de vida. Por lo tanto, es fundamental que en todos los países se mejoren las tasas de diagnóstico y los tratamientos. Sin embargo, nuestro informe muestra que, tanto en países pobres como ricos, muchos gobiernos no están haciendo de la enfermedad renal una prioridad, lo que conlleva a unos costes enormes a la hora de tratar pacientes con insuficiencia renal terminal, junto con el efecto devastador para estos y sus familiares", explica Levin.
Para María Dolores del Pino, presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), aunque ciertamente "hemos mejorado en los últimos años en los protocolos de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad los esfuerzos realizados no son suficientes". Para del Pino, "Se trata de hacer mucha más prevención y detección precoz en población con factores de riesgo, pero también de hacer ver a la población general que los riñones tienen que durarnos toda la vida y que igual que nos preocupamos por el nivel de colesterol, y tomamos medidas para su control, tenemos que medir también el nivel de salud de nuestros riñones y evitar aquellos hábitos más perjudiciales para la misma".
Para revertir esta situación, la SEN ha puesto en marcha recientemente Código Riñón, una iniciativa presentada recientemente a las Comisiones de Salud del Congreso y del Senado, para lograr una acción decidida de concienciación y prevención de administradores públicos y profesionales en torno a la salud renal.
FACTOR DE RIESGO
" Muchos gobiernos no están haciendo de la enfermedad renal una prioridad, lo que conlleva a unos costes enormes "
Si bien la ERC puede afectar a cualquier persona , el riesgo aumenta si se tiene uno o más factores de riesgoentre los que se incluyen presión arterial alta, diabetes, obesidad, tabaquismo, edad de 60 años o superior, padecer enfermedad cardiovascular, antecedentes familiares de insuficiencia renal, pertenecer a un grupo étnico de alto riesgo o tener antecedentes de lesión renal aguda (LRA). La lesión renal aguda puede ser causada por infecciones, deshidratación o daño por medicamentos o ingestión de drogas. El desconocimiento general de la enfermedad entre los pacientes y los médicos de familia y la falta de síntomas en las fases iniciales, conlleva a una disminución muy importante de la función de los riñones en el momento en que aparecen los síntomas. Es por eso que se recomienda a cualquier persona con alguno de estos factores de riesgo que solicite un chequeo renal a su médico de cabecera, una simple prueba de sangre y orina y una prueba de presión arterial son suficientes. Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es