Alrededor de 286.664 personas serán diagnosticadas de cáncer en España durante este 2024, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), una enfermedad que aumenta su prevalencia cada año debido al envejecimiento de la población y a la creciente exposición a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol o la obesidad. Para estos pacientes, la investigación es, sin duda, una de las grandes demandas, y una de las mejores estrategias para conseguir diagnósticos más precisos y tratamientos más efectivos para cada uno de los cánceres que existen en la actualidad.
Precisamente, cada 24 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer, una efeméride que recuerda la importancia de estudiar los diferentes mecanismos de esta enfermedad que acaba con la vida de miles de personas cada año en España y en el resto del mundo. Algunas investigaciones abordan técnicas para el diagnóstico, otras exploran nuevos tratamientos para hacer frente a la enfermedad e incluso algunas de ellas estudian cómo hacer frente a las recaídas del cáncer.
“Estamos estudiando mecanismos de resistencia que no son genéticos, es decir, las células no hacen mutaciones, sino que adoptan otra forma de resistir al cáncer”
En línea con esto último está trabajando la Dra. Isabel Puig, investigadora sénior en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), junto al Grupo de Células Madre y Cáncer liderado por el Dr. Héctor G. Palmer. Estos investigadores -ambos cofundadores de Oniria Therapeutics- llevan desde hace 14 años estudiando, junto al resto de su equipo, los mecanismos implicados en las recaídas y la reaparición del cáncer. “Estamos estudiando mecanismos de resistencia que no son genéticos, es decir, las células no hacen mutaciones, sino que adoptan otra forma de resistir al cáncer”, explica la Dra. Puig en una entrevista a ConSalud.es.
Estas células sobreviven de tal forma que la quimioterapia no es capaz de hacer el efecto deseado. “Dentro de un tumor sólido, como puede ser el cáncer de colon, muchas zonas se quedan sin oxígeno o sin nutrientes, de tal forma que para sobrevivir bajan el metabolismo de la célula y dejan de dividirse, quedando en un estado latente”, comenta la investigadora. “Cuando en el tumor hay células como estas, la quimioterapia no hace efecto”, continúa.
“Durante el tratamiento con quimioterapia, estas células que hay dormidas quedan latentes y vivas. Cuando acaba la quimioterapia el paciente parece que está curado, pero quedan residuales que pueden volver a despertarse y, a raíz de esto, puede proliferar la metástasis”, señala la doctora. Es lo que se conoce como estado de latencia y provoca no solo las recaídas, sino la metástasis y la proliferación del cáncer a otros órganos.
"Nosotros estamos investigando para que haya un fármaco que tú añadas a la quimioterapia y le impida poder desarrollar este mecanismo de supervivencia"
Frente a esta capacidad de “despertar” de las células dañadas, la investigadora junto al resto de su equipo lleva más de diez años estudiando esta regulación de las células y, por tanto, las dianas sobre las que actuar con fármacos que eviten la recaída del cáncer. “Al momento que llega el tratamiento muchas células morirán, pero otras conseguirán adaptar este estado de latencia”, indica la experta, “frente a esto, nosotros estamos investigando para que haya un fármaco que tú añadas a la quimioterapia y le impida poder desarrollar este mecanismo de supervivencia”, añade.
Tras muchos años de investigación “ya prácticamente tenemos el candidato del fármaco”, sostiene la investigadora. “Tenemos muchos resultados en preclínica en donde funciona bastante bien, especialmente frente al melanoma y, si todo va bien, el año que viene esperamos entrar en regulatoria”, continúa. Tras estos pasos, “en un par de años esperamos entrar en ensayo clínico”, asegura la doctora, y poco a poco conseguir llegar a los pacientes.
LOS PROBLEMAS QUE ENFRENTA LA INVESTIGACIÓN EN ESPAÑA
Por suerte, como relata la investigadora, este proyecto ha podido continuar durante años, gracias también a la Asociación Española Contra el Cáncer. La financiación ha permitido al equipo seguir adelante con este estudio hasta, en unos años si es posible, poder llegar a los pacientes. Pero no todas las investigaciones tienen esta suerte en España. “Hay un problema muy grave aquí en España y es el hecho de mantener a los investigadores en un mismo proyecto”, comenta la doctora. “Hacer contratos de tres años a los investigadores y renovar al personal constantemente alarga mucho los proyectos”, sostiene.
“Es muy importante no solo apoyar los proyectos de investigación, sino a los investigadores que lo han llevado a cabo desde el día uno”, afirma Puig. “Todos los problemas que pueden surgir en una investigación no los conoce nadie mejor que el investigador que está ahí desde el principio”, indica, “y si se van los investigadores que estaban en un proyecto desde un inicio, es muy difícil que la investigación acabe realmente en un fármaco”.