Hace unos días las redes sociales recriminaban a una usuaria que, defendiendo que era doctora, había dejado por escrito que su ginecologa le había dicho que podía tomar una o dos copas de vino durante su embarazo. A raíz de este mensaje, la Sociedad Española de Ginecología y Obstreticia (SEGO) recuerda que el consumo de alcohol durante el embarazo es un factor de riesgo que puede producir muerte fetal, aborto espontáneo, parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino, y bajo peso al nacer.
La gravedad del daño debido al consumo de alcohol durante el embarazo depende, principalmente, "de la dosis consumida, del tiempo y del patrón de consumo, así como de la susceptibilidad genética individual", señalan desde SEGO. En España se calcula que la prevalencia de consumo de alcohol en mujeres durante la gestación se sitúa entre un 40 y 60%.
Uno de los resultados potenciales más incapacitantes de consumir alcohol durante el embarazo es el riesgo de desarrollar el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF)
El alcohol es, por detrás de las causas de origen genético, uno de los principales factores para la aparición de alteraciones mentales y del comportamiento. De hecho, uno de los resultados potenciales más incapacitantes de consumir alcohol durante el embarazo es el riesgo de desarrollar el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), la forma clínica más grave y visiblemente identificable del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF). Y este trastorno es solo consecuencia del consumo de alcohol en cualquier momento desde que se planea la concepción hasta el parto.
Además, como señalan los ginecólogos, no solo las mujeres deben evitar el alcohol durante el embarazo, sino también los padres. "Su colaboración y apoyo durante la gestación, evitando también en este período el consumo de alcohol, favorecen la abstinencia en la madre", señalan los profesionales de la SEGO.