Nerea Astigarraga, psicóloga con trastorno bipolar: “El tratamiento debe ir más allá de fármacos"

A los 31 años diagnosticaron a Nerea Astigarraga trastorno bipolar. Decidió estudiar Psicología, lo que le ayudó a convivir con esta enfermedad y ahora trasmite sus enseñanzas a sus pacientes

Nerea Astigarraga, psicóloga con trastorno bipolar (Foto. cedida)
Nerea Astigarraga, psicóloga con trastorno bipolar (Foto. cedida)
Paola de Francisco
30 mayo 2022 | 17:45 h

Se calcula que en España el 2% de la población tiene trastorno bipolar, es decir, más de un millón de personas. Este es una enfermedad de salud mental que afecta al estado de ánimo, con episodio de euforia y energía (manía o hipomanía) intercalados con episodios de depresión, al nivel de energía y al rendimiento. Y al contrario de lo que se piensa socialmente, con un buen tratamiento esta patología no impide a los pacientes llevar una vida totalmente normalizada.

A Nerea Astigarraga le diagnosticaronhace más de 10 años trastorno bipolar I, el tipo en el que se producen episodios de manía que pueden provocar una desconexión de la realidad o psicosis. A los 20 años había sufrido sus primeros psicóticos que le llevaron a un ingreso hospitalario. “Empecé a tener alucionaciones, sentía que me perseguían, oía voces, veía presencias”, cuenta por teléfono. Estaba asustadísima. A ese episodio con ingreso le siguieron otro a los 25 años, a los 30 y a los 31. Y el diagnóstico que le costó aceptar. “Pasas por cuatro fases con el diagnóstico. Primero entré en shock, no entendía esa enfermedad mental; luego llegó la rabia y el enfado por no entender porqué me pasaba a mí; tras ello analicé mi historia y después empecé a aceptarlo y a adquirir responsabilidad al respecto”.

"Tuve que trabajar muchas cosas como la culpa o la vergüenza, la autoestima y la autoexigencia que me creaba un sentimiento de derrota y de no ser suficiente”

A los 31 años le pautaron un cóctel de fármacos con antidedpresivos, ansiolíticos y litio. Una medicación que la mantenía aletargada, y que se dio cuenta de que no podía tomarla para siempre. “Los fármacos vienen bien en momentos puntuales como brotes psicóticos, pero luego hay que ir más allá”. De hecho, el principal problema del abordaje del trastorno bipolar es la desadherencia al tratamiento farmacológico, derivado del rechazo a padecer esta enfermedad, del estigma existente y de los efectos secundarios asociados a los fármacos con los que se trata las diferentes formas de trastorno bipolar.

Astigarraga decidió cambiar su estilo de vida, tomarse un año sabático en el que eliminar el estrés y conocerse, ella misma decidió optar por la psicoeducación. “En 2012 opté por adentrarme en la Universidad y estudiar psicología”. Fueron cuatro años intensos, desesperantes… y renovadores. “Recuperé mi autoestima, me liberé, socialicé y me conocí más a mí misma. Tuve que trabajar muchas cosas como la culpa o la vergüenza, la autoestima y la autoexigencia que me creaba un sentimiento de derrota y de no ser suficiente”.

"Necesitamos los episodios de euforia, de efusividad, de creativa; y los episodios de recogimiento. Pero siempre controlando para que no deriven ni en un episodio psicótico ni en uno depresivo”.

Tras terminar la carrera decidió ayudar a otras personas como ella a controlar este trastorno. “Es una sintomatología que yo ya he pasado, y creo que les ayuda a confiar y a sentirse menos solos”. Y tras hablar con ellos empieza a elaborar distintas fórmulas, desde el apoyo del entorno a herramientas de autogestión. “A mí me funcionó la psicoeducacional, pero también está la terapia cognitivo conductual,  terapias en grupo donde compartir tu experiencia…”. Lo que ella ha llamado el sistema Reset 27, recogido en su blog y su libro 'Resetea tu vida', donde reúne herramientas y métodos para sobrellevar el diagnóstico y seguir en el día a día con autonomía, autoconfianza y una buena autoestima.

“SE PUEDE APRENDER A CONVIVIR CON ELLO”

Este libro recopila aprendizajes con un método introspectivo y experimental. “Es un sistema alternativo, no solo farmacológico, sino también como promoción de la salud mental consolidando un cambio del paciente, que es un agente activo en el cambio capaz de reconvertir los pensamientos negativos”.

Nerea Astigarraga, ha pasado por cuatro ingresos por episodios psicóticos (Foto. cedida)

El trastorno bipolar es una enfermedad que no hay que ver con la perspectiva dramática que a veces tiene sus fases, sino como una orquídea. “La orquídea es una flor muy delicada, necesita luz, pero no extenuante, agua, pero no demasiada. El trastorno bipolar es igual, necesitamos los episodios de euforia, de efusividad, de creatividad; y los episodios de recogimiento. Pero siempre controlando para que no deriven ni en un episodio psicótico ni en uno depresivo”.

Y es posible conseguirlo, con mucho trabajo y paso a paso. Nerea Astigarraga lo consiguió y ayuda a otros a conseguirlo. Desde hace más de 10 años ya no ha ingresado en el hospital, aunque ha tenido algún momento de euforia, este no ha derivado en un brote psicótico, ha aprendido a convivir con esta enfermedad y eliminar su gravedad. “El trastorno bipolar para mí es un reto que me prepara cada día para ser mejor y más humilde. He pasado por un infierno que no deseo a nadie, pero he aprendido a convivir con esta enfermedad, y a recuperar la calidad de vida. Se puede hacer”, concluye la psicóloga.

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