ONUSIDA, organismo de las Naciones Unidas contra el VIH/SIDA, ha apuntado en un informe que la lucha contra esta enfermedad está en un "punto precario" porque aunque las muertes disminuyan y el número de personas en el mundo que reciben tratamiento aumente, la tasa de nuevas infecciones por VIH amenaza con hacer fracasar los esfuerzos para vencer la enfermedad.
El informe recoge que "todavía quedan muchos kilómetros por recorrer para poner fin a la epidemia de SIDA", por lo que no hay nada que celebrar.
El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibe, señaló en el prólogo que se han logrado grandes avances en la reducción de las muertes por SIDA y en lograr que un número récord de personas en todo el mundo reciba tratamiento con medicamentos antirretrovirales. Se estima que 21,7 millones de las 37 millones de personas que tienen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el SIDA estaban en tratamiento en 2017, cinco veces y media más que hace una década.
Este aumento rápido y sostenido en las personas que reciben tratamiento ayudó a reducir 34% las muertes relacionadas con el SIDA de 2010 a 2017. Las muertes por SIDA el año pasado fueron las más bajas de este siglo, con menos de un millón de personas, según el informe.
"Las nuevas infecciones por VIH no están cayendo lo suficientemente rápido"
Aun así, Sidibe también señaló que ahora hay puntos de "crisis" en la prevención de la propagación del VIH, particularmente entre las poblaciones vulnerables y de alto riesgo, y en la obtención de fondos de financiación para afrontarlo.
"El éxito en salvar vidas no se ha igualado con el mismo éxito en la reducción de nuevas infecciones por el VIH", dijo. "Las nuevas infecciones por VIH no están cayendo lo suficientemente rápido. Los servicios de prevención del VIH no se brindan a una escala adecuada... y no llegan a las personas que más los necesitan", añadió.
Los datos del informe mostraron que, en general, entre adultos y niños en todo el mundo, alrededor de 1,8 millones de personas contrajeron el VIH el año pasado.
Con respecto a la financiación, el estudio registra que a finales de 2017, los países de ingresos bajos y medianos dispusieron de 21.300 millones de dólares para dar respuesta al VIH. Más de la mitad proviene de fuentes de financiamiento interno en lugar de donantes internacionales. ONUSIDA estima que se necesitarán 26.200 millones de dólares para financiar la lucha contra el SIDA en 2020.
Si bien los recursos mundiales para el SIDA aumentaron en 2017, todavía había un déficit del 20% entre lo que se necesita y lo que está disponible. Tal déficit será "catastrófico" para los países que dependen de la asistencia internacional para luchar contra esta enfermedad.