Un ictus o accidente cerebrovascular se produce cuando una arteria que va al cerebro se obstruye o se rompe produciendo una muerte del tejido cerebral al no recibir el flujo sanguíneo. Es cuestión de minutos que las células empiecen a morir cuando la arteria se obstruye, lo que supone un riesgo para la vida de los pacientes. Solo en España cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen, según datos de la Sociedad Española de Neurología.
No llevar un estilo saludable de vida, ni llevar un control de la tensión arterial, el peso o la cintura abdominal son factores de riesgo para sufrir un accidente cerebral. También la edad es un riesgo, en concreto a partir de los 60-65 años hay mayores probabilidades de ictus. Aunque pueden ocurrir a cualquier edad, el 15% de todos los accidentes cerebrovasculares isquémicos ocurren en adultos menores de 50 años.
Dentro de esto, un estudio señala que en las personas menores de 45 años, las mujeres tienen más riesgo que los hombres. En concreto, según una revisión publicada en la revista Stroke, las mujeres de 35 años tienen un 44% más de probabilidades de sufrir un ictus que los hombres de su misma edad. “El accidente cerebrovascular afecta a más mujeres cada año que a los hombres. Queremos que todos los profesionales del ictus conozcan las últimas investigaciones sobre el reconocimiento, la prevención y el tratamiento de los ictus entre las mujeres”, explica Ralph L. Sacco , presidente del departamento de neurología y de la Cátedra de la Familia Olemberg en Trastornos Neurológicos.
Se observó que en estas mujeres había un riesgo dos o tres veces mayor de peores resultados funcionales en comparación con sus homólogos masculinos
La revisión de 16 estudios ha sacado a la luz la diferencia existente en la incidencia de accidentes cerebrovasculares entre mujeres y hombres en varios grupos de edad de adultos jóvenes. La diferencia de sexo fue especialmente prevalente en la edad de 35 años, reduciéndose de 35 a 45 años. Y también se observó que en estas mujeres había un riesgo dos o tres veces mayor de peores resultados funcionales en comparación con sus homólogos masculinos.
Según explican en la investigación, la desigualdad entre sexo en los años siguientes años es más difíciles de determinar debido a la amplia variabilidad en la forma en que se presentaron los datos entre los estudios de esta revisión sistémica. Los investigadores tampoco pudieron identificar las causas específicas detrás de la mayor prevalencia de accidentes cerebrovasculares en mujeres jóvenes en comparación con hombres jóvenes.
“Los factores de riesgo ateroscleróticos tradicionales son un importante contribuyente a los accidentes cerebrovasculares isquémicos tanto en hombres como en mujeres jóvenes y se vuelven cada vez más importantes con la edad. Sin embargo, estos factores de riesgo son menos frecuentes en las mujeres más jóvenes y es posible que no expliquen la mayor incidencia observada de accidentes cerebrovasculares isquémicos en mujeres menores de 35 años", señalan los investigadores.
Por eso reclaman más investigación ya que "comprender mejor qué adultos jóvenes corren el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular puede ayudarnos a hacer un mejor trabajo en la prevención y el tratamiento de los accidentes cerebrovasculares en los jóvenes".