La crisis sanitaria global vivida a raíz de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha puesto de manifiesto la relevancia de la salud mental. Nos encontramos ante la gran olvidada desde el punto de vista político, mediático y social, pero que ya afectaba a millones de personas antes de que la Covid-19 cambiara nuestras vidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado recientemente un informe global sobre la situación del suicidio con datos relativos a 2019. Una fotografía que nos muestra una imagen más que preocupante que ha empeorado en estos dos últimos años debido a la pandemia.
De acuerdo a los datos hechos públicos por la agencia de salud de la ONU, más de 703.000 personas mueren por suicidio cada año en todo el mundo. el suicidio se posiciona como la cuarta causa de muerte en personas con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años, solo superada por los accidentes de tráfico, la tuberculosis y la violencia interpersonal. En este grupo de edad el suicidio representó la tercera y cuarta causa de muerte.
El informe revela que la tasa global de suicidios estandarizada por edad fue de nueve por cada 100.000 habitantes en 2019. Las tasas variaron entre los países con naciones que reportaron menos de dos muertes por suicidio por cada 100.000 habitantes a otros con más de 80 por cada 100.000 habitantes.
La tasa global de suicidios estandarizada por edad fue mayor en los hombres (12,6 por cada 100.000 habitantes) que en las mujeres (5,4 por cada 100.000 habitantes. Cabe señalar que, para las mujeres, las tasas más altas en los países estaban por encima de 10 por cada 100.000 habitantes, mientras que para los hombres se situaban por encima de 45 por cada 100.000 habitantes.
A nivel mundial, la mayoría de las muertes por suicidio se produjeron en países de medios y bajos ingresos (77%), regiones en las que reside gran parte de la población del planeta. El 58% de los suicidios en 2019 se produjeron en edades por debajo de los 50 años. El informe indica en este sentido que el 88% de los adolescentes que murieron por suicidio residían en países de medios y bajos ingresos. Estas naciones albergan casi el 90% de los adolescentes de todo el mundo.
A nivel mundial, la mayoría de las muertes por suicidio se produjeron en países de medios y bajos ingresos (77%)
Si desglosamos los datos atendiendo a las distintas regiones de la OMS apreciamos significativas diferencias. La tasa de suicidio en la Región de África fue en 2019 de 11,2 por cada 100.000 habitantes, mientras que en Europa se reportó una tasa de 10,5 por cada 100.000 habitantes. Junto con el sudeste asiático (10,2 por cada 100.000 habitantes), estas tres regiones cuentan con las mayores tasas de suicidio.
La tasa de suicidio más baja la encontramos en el este de la Región Mediterránea con 6,4 por 100.000. La Región de Asia sudoriental tuvo una tasa de suicidios femeninos estandarizada por edad mucho más alta (8,1 por 100.000) en comparación con el promedio mundial femenino (5,4 por 100.000). En hombres, las regiones de África (18 por 100.000), las Américas (14,2 por 100.000) y Europa (17,1 por 100.000) tenían tasas de suicidio superiores al promedio mundial masculino (12,6 por 100.000).
Tal y como hemos visto la mayoría de los suicidios se producen en los países con medios y bajos ingresos, pero en las naciones con más ingresos la tasa de suicidio estandarizada por edad se sitúa en 10,9 por cada 100.000. en el caso de los de ingresos medios-bajos la tasa es ligeramente inferior: 10,1 por cada 100.000.
“Los datos de mortalidad por suicidio presentados en este informe subrayan la necesidad de que se adopten medidas urgentes para prevenir el suicidio. Un problema global. Un problema de salud pública”
Las mujeres de los países de ingresos medios y bajos presentan la tasa de suicidio más alta (7,1 por cada 100.000) en comparación con las mujeres de los países de altos ingresos. Los hombres de las naciones ricas tienen una tasa mayor que los de los países con menos recursos (16,5 por cada 100.000).
Una buena noticia es que entre los años 2000 y 2019 la tasa global de suicidio estandarizada por edad disminuyó un 36%, con reducciones que van desde el 17% registrado en la Región del Mediterráneo oriental al 47 y 49% en la Región Europea y la Región del Pacífico occidental, respectivamente. El único aumento se registró en la Región de las Américas con un incremento del 17%. La tasa global disminuyó también para las tasas específicas por grupo de edad.
“Los datos de mortalidad por suicidio presentados en este informe subrayan la necesidad de que se adopten medidas urgentes para prevenir el suicidio. Un problema global. Un problema de salud pública”, advierten los autores. “Todas las edades, sexos y regiones se ven afectados, cada dato presentado es una vida que se ha perdido y, cada pérdida, es demasiado”.
La OMS establece una serie de recomendaciones para prevenir el suicidio como la interacción con los medios de comunicación para su notificación, el fomento de las habilidades socioemocionales en los adolescentes y acciones de identificación temprana, evaluación, manejo y seguimiento de cualquier persona que manifiesta conductas suicidas.
A pesar de que el informe valora positivamente la reducción desde el año 2000 de la tasa global estandarizada por edad de suicidio, esta disminución no es homogénea en todos los países. Se suma el problema con el iniciábamos estas líneas: la pandemia. Los datos expuestos pertenecen a 2019 por lo que la crisis sanitaria global puede haber golpeado la tendencia, pero la parte positiva reside en los pasos que se han dado en estos dos últimos años en la visibilidad de los problemas de salud mental.